Pues sí.
Ayer fue mi cumpleaños.
Taitantos.
Que no soy tan mayor, no vayáis a creer...
Lo que pasa es que llevo ya unos cuantos años cumpliendo la misma edad, y creo que ya va siendo hora de dar el paso y sumar algún año.... Total, tampoco pasa nada por decir que acabo de cumplir treintayu... treintayt.... treintayci..... Argggg, vale, treinta y siete añazos que me han caído de gratis! Madre mía, vamos sumando de manera preocupante!
Pero como suele decirse, lo bueno es que sigan cayendo, porque significa que ahí seguimos dándolo todo en el día a día. Y con más o menos años en el DNI, lo cierto es que me siento la misma cabeza loca que hace una década, aunque es verdad que las responsabilidades que la edad conlleva son lo que al final pesa más que los años en sí.
Así que como soy abstemia y no bebo, mi sistema para olvidar las penas de cumplir cada vez más años es simple: hacer cupcakes. Creo que como solución para cualquier problema es una de las mejores, aunque si se abusa mucho, más que una solución a nada lo convertiremos en otro problema, al producirse inexplicablemente un aumento de nuestro perímetro cular...
Por eso me limito a hacerlos pero no a comerlos; para eso están mis queridos compañeros de trabajo, que han sido en esta ocasión los felices destinatarios de estos cupcakes en concreto, pues me los llevé a la oficina para celebrar el cumpleaños y tener así la excusa perfecta para repartirlos.
Creo que ya os he hablado en otras ocasiones de mis compañeros de trabajo. Ahora que no me oyen (y que seguro no me leen, porque, ten amigos para ésto, si mi blog dependiera de las visitas de mis compañeros, no duraba ni una semana) son unos tiquismiquis con el tema de comer. Entre los veganos, los macrobióticos, los que están a dieta de forma crónica y los que directamente no les gusta el dulce, lo tengo realmente complicado para colocar mis postres. Menos mal que mi empresa es muy grande y, salvo mi departamento "raro", el resto de personal es más normal y en cuanto me ven venir con algo se corre la voz y enseguida aparecen muchos voluntarios para catar el asunto.
Cupcakes de limón con crema suiza de moras
Ingredientes:
(Para 12 cupcakes)
- 125 gr. de azúcar
- 2 huevos
- 100 ml. de aceite de girasol
- La ralladura de un limón
- 1 cucharadita (tsp) de vainilla en pasta o extracto de vainilla
- 75 ml. de leche
- 290 gr. de harina
- 1 cucharadita (tsp.) y 1/4 de levadura en polvo
- 1/4 cucharadita (tsp) de sal
Preparación:
- Precalentamos el horno a 180º, calor arriba y abajo sin ventilador.
- Preparamos la bandeja para cupcakes con las cápsulas que elijamos.
- Tamizamos la harina junto con la levadura y la sal. Reservamos.
- En el bol de la batidora, ponemos los huevos junto con el azúcar, y batimos hasta que queden cremosos.
- Añadimos el aceite, y batimos a velocidad alta hasta que blanquee y aumente de volumen.
- Añadimos la ralladura de limón y la vainilla, y batimos de nuevo hasta integrar.
- Ahora añadimos la mitad de la mezcla de harina y levadura, mezclamos bien con una espátula, añadimos la leche, mezclamos, y terminamos con el resto de harina y levadura. Removemos suavemente, hasta que conseguir una masa lisa y sin grumos.
- Repartimos la masa en los moldes, y horneamos durante unos 20 minutos, o hasta que al pinchar con el palillo en el centro de un cupcakes, salga limpio.
- Cuando estén hechos, sacamos del horno, los dejamos atemperar unos cinco minutos en el molde, y luego desmoldamos y dejamos enfriar por completo sobre una rejilla.
Almíbar:
- Para que nuestros cupcakes queden aún más jugosos, mientras se hornean preparamos un almíbar con 40 gr. de azúcar y 40 ml. de zumo de limón. Ponemos ambos ingredientes en un cazo al fuego, y calentamos hasta que comience a hervir, momento en que retiraremos del fuego y dejaremos enfriar.
- Cuando los cupcakes estén fríos, los pinchamos repetidas veces con un palillo y, con un pincel, los bañamos generosamente en el almíbar.
Crema suiza de moras:
- 3 claras de huevo
- 170 gr. de azúcar
- 250 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
- 2 cucharadas de pasta de moras (o confitura de moras)
- Ponemos las claras y el azúcar en un cazo al fuego, removiendo continuamente para que no se nos pegue (es importante, lo digo por experiencia, jeje). Cuando el azúcar se haya disuelto por completo, vertemos la mezcla en el bol de la batidora, con las varillas colocadas, y batimos a velocidad alta hasta montar el merengue. Tardará un poquito.
- Cuando tengamos picos blandos, cambiamos las varillas por la pala y, batiendo a velocidad media, vamos añadiendo la mantequilla de poco en poco, sin dejar de batir. Puede que llegue un momento en el que parezca que la mezcla se nos ha cortado, pero no es así: hay que seguir batiendo y se conseguirá una crema con una textura sedosa y suave. En ese momento, añadimos la pasta de moras (o la confitura), y batimos unos minutos más hasta que esté totalmente integrado.
- Rellenamos una manga pastelera con la boquilla que elijamos (yo he sido clasicona y he utilizado la 1M de Wilton) y decoramos los cupcakes al gusto.
Es una combinación deliciosa: el sabor intenso del bizcochito de limón, potenciado además por el almíbar, junto con la suavidad de la sedosa crema de moras, hacen de estos cupcakes unos de mis favoritos. No son nada empalagosos, no pecan de dulces, sino que comerse uno hace que tengas ganas de probar otro más.
Animaos a hacerlos y me contáis!
Besos!
Montes
Hola! El problema de las moras frescas es que tienen mucho agua, lo que te va a estropear la crema de mantequilla. Por eso sería mejor que con ellas prepararas primero una confitura y luego utilizar esa confitura en la crema. Besos!
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