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lunes, 25 de noviembre de 2013

Pastel de castañas y chocolate


Otro mes que me ha vuelto a pillar el toro. En esta ocasión el último lunes de mes ha coincidido con el día 25, con lo que se han vuelto a juntar dos retos en los que participo: Whole Kitchen y el Reto de Tía Alia. Sólo me falta que Marte también entrara en conjunción con Venus y hubiéramos liado alguna parda...

Este mes la receta de la Tía Alia es muy otoñal: una deliciosa combinación de chocolate y castañas. Además, estupendo porque yo aún no había preparado ningún postre con castañas, y ya tenía ganas.






Es un pastel muy sencillo, no necesita horno y se puede hacer con bizcochos de soletilla comprados (aunque si queréis hacerlos caseros, tenéis la receta aquí). La mayor complicación (mejor dicho, el mayor coñazo latazo) está en pelarse el kilo de castañas. Pero como una familia que pela castañas unida permanece unida, me fiché a mi santo y a mis dos princesas y ahí nos pusimos los cuatro a pelar castañas hasta que se nos quedaron los dedos en carne viva... :-)




Pastel de castañas y chocolate


Ingredientes:

  • 1 kg. de castañas
  • 500 ml. de leche
  • 110 gr. de chocolate (yo he utilizado el de 70% de cacao para postres, de Valor)
  • 4 cucharadas de azúcar
  • 1 paquete de bizcochos de soletilla (250 gr.)
  • Almíbar para calar los bizcochos (100 gr. azúcar, 100 ml. de agua, ron u otro licor al gusto)

Preparación:


  1. Primero preparamos el almíbar: ponemos en un cazo los 100 gr. de azúcar y los 100 ml. de agua, y calentamos hasta que el azúcar se haya disuelto por completo. Retiramos del fuego y añadimos el licor que hayamos elegido (yo he utilizado dos cucharadas de ron), y dejamos enfriar.
  2. Hacemos una pequeña incisión a cada castaña y las ponemos en un bol, las cubrimos con agua, y las llevamos al microondas, máxima potencia, unos 20-22 minutos. Transcurrido el tiempo, y en caliente (lo que nuestro sentido del tacto aguante), pelamos las castañas (en caliente se pelan mejor).
  3. Ponemos todas las castañas peladas en el vaso de la Thermomix, y programamos 10 minutos, velocidad progresiva 5-10. Sacamos del vaso y reservamos.
  4. Sin lavar el vaso, ponemos la leche, el azúcar y el chocolate, y programamos 7 minutos, 90º, velocidad 2.
  5. Pasado ese tiempo, incorporamos el puré de castañas y programamos 10 minutos, 90º, velocidad 3 1/2.
  6. Mientras, preparamos el molde elegido (yo he usado uno rectangular para plum cake, pero podéis usar el que queráis, dependiendo de la forma de pastel que os guste). Revestimos el interior del molde con film transparente (de esa forma nos será mucho más fácil desmoldarlo después). Con ayuda de un pincel vamos remojando los bizcochos de soletilla con el almíbar, y los vamos colocando en el fondo y los laterales del molde.
  7. Vertemos la mezcla de chocolate y castañas en el molde y cubrimos con más bizcochos remojados en almíbar. Tapamos con film transparente y dejamos enfriar. Cuando esté templado, lo llevamos a la nevera al menos dos horas, para que cuaje.



Para variar, he utilizado la Thermomix porque me evita tener que estar removiendo todo el rato y controlando los tiempos. Sin embargo, se puede hacer perfectamente a mano, haciendo el puré de castañas con el pasapurés de toda la vida (como dice la Tía Alia), y preparando la crema en un cazo al fuego, sólo que en este caso es verdad que tienes que estar removiendo para que no se pegue.

Puf, menuda paliza de fin de semana! Como comprenderéis, esta semana no publicaré el jueves, creo que con estas dos recetas he cubierto mi cupo semanal, jajaja!

Un beso y hasta la semana que viene!
Montes

Milhojas de hojaldre casero y crema pastelera


Whole Kitchen, en su propuesta dulce del mes de noviembre, nos invita a preparar Milhojas.

El Milhojas es un tradicional pastel francés que se caracteriza por varias capas de hojaldre alternadas con una crema. En EE.UU. se conocen como Napoleón, pero en Francia sólo se llaman Napoleón si van rellenas de crema de almendras.

El origen de este pastel se remonta al s. XVII, cuando François Pierre dela Varenne describe un pastel de mil hojas en su libro "La Cocina Francesa". Pero no es hasta comienzos del s. XIX cuando la conocida Chef de reyes, Marie-Antonie Careme, volvió a nombrar este fantástico pastel. Fue en la Pastelería Seugnot en 1867 cuando se ofreció por primera vez un milhojas a los clientes.

Generalmente un Milhojas consiste en tres capas de hojaldre, alternadas con una crema pastelera suave. A veces es sustituida por nata montada. Se suele cubrir con glaseado de azúcar.


La verdad es que el Reto de este mes requería la elaboración de masa de hojaldre invertido, así llamada porque la primera mezcla que normalmente queda encerrada en la segunda, en este caso se encuentra en el exterior. Sin embargo, dado que en mi vida había hecho hojaldre de ningún tipo, ni normal ni invertido, me ha parecido demasiado para mí hacer un hojaldre aún más complicado de lo normal.

Estuve mirando un montón de recetas y explicaciones sobre cómo hacer hojaldre casero y no morir en el intento, y debo reconocer que tras ver tantas vueltas, refrigeraciones, más vueltas, amasados, más vueltas..., me entraron los sudores fríos y estuve a punto de renunciar a participar este mes. Sin embargo, como soy cabezona, me seguía pareciendo una forma de aprender algo nuevo (pues probablemente de otra manera a mí nunca se me hubiera ocurrido liarme a hacer hojaldre). Así que finalmente decidí probar suerte con la receta de Luis Olmedo, que lo explica estupendamente y además para hacerlo por primera vez me parecía más sencilla que la mayoría.


Hombre, tengo que reconocer que, desde luego, no me ha salido el mejor hojaldre del mundo. Pero estaba muy rico y lo he hecho yo sola con estas manitas, sin tener que comprar la plancha en el supermercado, por lo que me siento muy orgullosa. Tanto que pienso repetir la experiencia, a ver si con la práctica consigo mejorarlo y las próximas veces me sube más que esta vez (que se me quedó bastante "chaparrito").


Milhojas de hojaldre caramelizado con crema pastelera


Ingredientes:


  • 500 gr. de harina de semifuerza (10%-12% proteína)
  • 240 gr. de agua fría.
  • 12 gr. de sal
  • 500 gr. de mantequilla (125 gr. de mantequilla en pomada para la masa inicial y 375 gr. de mantequilla fría para el relleno).

Preparación:



  • Primero elaboramos la masa inicial. Para ello ponemos la harina, la sal, el agua y la mantequilla en pomada en el bol del robot, y amasamos a velocidad baja unos 5 minutos (también es posible hacerlo a mano, pero me resulta más cómodo si lo hace la máquina... :-)).



  • Cuando la masa esté lista, la ponemos sobre una superficie plana, espolvoreada con un poco de harina y con ayuda de un rodillo intentamos darle forma de rectángulo (se dice fácil...). Ponemos un papel de horno sobre una bandeja de horno, colocamos nuestra masa encima y tapamos con papel film para que no se seque. Lo llevamos a la nevera unas dos horas, hasta que veamos que la masa está fría y dura al tacto.



  • Mientras se enfría la masa en la nevera, preparamos la mantequilla. Para que nos sea más fácil luego integrarla en la masa, vamos a formar un cuadrado con una hoja de papel vegetal, en el que vamos a poner dentro la mantequilla. Cerramos el cuadrado de papel siguiendo los pasos de las fotos a continuación, de forma que la mantequilla quede totalmente dentro con forma cuadrada, y con ayuda del rodillo aplastamos la mantequilla para que quede más fina y uniforme. Llevamos también a la nevera para que enfríe.

  • Pasado ese tiempo, sacamos la masa de la nevera. Espolvoreamos un poco de harina sobre la encimera, para que no se nos pegue, pero retirando el excedente para que no nos cambie la composición de nuestra masa. Y ahora viene la parte interesante. 



  • Colocamos la mantequilla en el centro, intentando que la masa tenga el mismo grosor que la mantequilla, pues de lo contrario es posible que no se integre bien. Cerramos ambos lados de la masa como si fueran las tapas de un libro, y extendemos con el rodillo, presionando. Le damos la vuelta y seguimos extendiendo hasta que consigamos el doble de longitud. Cuando lo hayamos conseguido, vamos a darle lo que se llama un plegado doble: plegamos un lado hasta la mitad de la masa, el otro lado también hasta la mitad, de forma que ambos extremos se junten en el centro, y doblamos por el centro, como si estuviéramos cerrando un libro. Repetimos este proceso una segunda vez, haciendo un segundo plegado doble. Después extendemos con el rodillo para conseguir un grosor uniforme. Con ayuda de papel de hornear, enrollamos la masa resultante para que no se pegue entre sí, envolvemos en film transparente y llevamos a la nevera hasta que la tengamos que utilizar.



  • Precalentamos el horno a 230º. En este caso, llevé a la nevera sólo la parte de la masa que no iba a utilizar. El resto la corté en rectángulos de aproximadamente 10X5 cm., los coloqué en una bandeja de horno sobre un papel vegetal, los pinché repetidas veces con un tenedor y espolvoreé sobre ellos azúcar glas. Metemos la bandeja en el horno, bajando la temperatura a 190º. A los 8 minutos, ponemos una rejilla sobre la masa, para que no suba demasiado, y dejamos 5 minutos más.
  • Sacamos la bandeja de horno, quitamos la rejilla, ponemos un papel de horno sobre la masa y poniendo otra bandeja encima, le damos la vuelta para proseguir la cocción por el otro lado del hojaldre. Retiramos la primera bandeja y el papel.
  • Subimos la temperatura del horno a 250º. Espolvoreamos de nuevo la masa con azúcar glas y la metemos en el horno unos 8-10 minutos.
  • Transcurrido ese tiempo, sacamos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla.

Crema pastelera sencilla con Thermomix


Ingredientes:


  • 100 gr. azúcar
  • 500 ml. leche
  • 50 gr. maicena
  • 3 huevos
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla o vainilla en pasta.

Preparación:


  1. Ponemos todos los ingredientes en el vaso y programamos 7 minutos, 90º, velocidad 4.
  2. Vertemos la crema en un bol, cubrimos con papel film de forma que el plástico toque la superficie de la crema (de esta manera conseguimos que no haya aire que haga que se forme costra en la superficie). Dejamos enfriar.

Para montar el Milhojas simplemente ponemos una capa de hojaldre, crema pastelera con ayuda de una manga pastelera, otra capa de hojaldre, otra capa de crema, y terminamos con hojaldre. En mi caso espolvoreé la superficie con azúcar glas, pero lo normal es que se le prepare un glaseado de pastelería. Aunque creo que eso ya lo dejo para otra ocasión....

Si os animáis a prepararlo, os doy mucho ánimo porque la verdad es que el resultado no tiene nada que ver con cualquier hojaldre comprado!

Besos!
Montes

jueves, 21 de noviembre de 2013

Bizcocho marmolado de café y vainilla


Aún me resisto a preparar recetas de Navidad. Me está costando, es verdad, porque reconozco que un poco de ganas de sacar a relucir el rojo, blanco y verde sí tengo. Pero tenía este bizcocho en el tintero y está tan bueno y es tan sencillo de preparar que no podía dejarlo más tiempo.


Además, el viernes pasado, 15 de noviembre, en EE.UU. se celebró el National Bundt Day, así que qué mejor manera de unirse a la celebración (será por celebrar...) que preparar este bundt de café y vainilla.


Si no tenéis este tipo de moldes no pasa nada, se puede utilizar sin problemas un molde normal. Pero los moldes de bundt deben su fama, además de por conseguir bizcochos muy bonitos, a que, por su forma con un hueco central, permiten que el aire caliente circule alrededor, lo que hace que el bizcocho se hornee más rápido y de forma más uniforme.


Tenía muchas ganas de hacer un bizcocho marmolado, porque el corte es muy vistoso y es una forma de tener dos sabores en uno. Y curiosamente me sorprende que el primero que haya publicado no haya sido de chocolate, aunque no está mal que varíe los sabores de vez en cuando, jeje.



Bizcocho marmolado de café y vainilla


Ingredientes:

  • 1 y 1/2 tazas de azúcar (360 gr.)
  • 190 gr. de aceite de girasol
  • 3 huevos
  • 330 gr. de harina normal
  • 2 cucharaditas (tsp.) de levadura en polvo
  • 1 pizca de sal
  • 90 ml. de leche
  • 1 cucharadita de vainilla en pasta
  • 1 cucharadita de pasta de café


Preparación:

  1. Precalentamos el horno a 190º, calor arriba y abajo, sin ventilador.
  2. Engrasamos el molde elegido. Reservamos.
  3. Tamizamos la harina con la levadura. Reservamos.
  4. En el bol de la batidora ponemos los huevos con el azúcar, y batimos a velocidad alta hasta que doblen de volumen y blanqueen.
  5. Añadimos el aceite y batimos hasta que se integre.
  6. Añadimos la leche, y de nuevo batimos hasta que se integre.
  7. Incorporamos la mezca de harina y levadura, y la pizca de sal, y batimos a velocidad baja, lo justo hasta que se integre, con cuidado de no sobrebatir. Terminamos de envolver con una espátula.
  8. Pasamos la mitad de la masa a otro bol, y en uno añadimos la vainilla y en el otro el café. Mezclamos cada masa hasta que queden bien integrados.
  9. Vertemos la masa de vainilla en el molde, y a continuación vertemos encima la masa de café. Con ayuda de un palillo removemos ligeramente ambas masas para que se formen remolinos.
  10. Horneamos durante aproximadamente 50 minutos, o hasta que al pinchar con un palillo en el centro del bizcocho salga limpio.
  11. Cuando esté hecho, sacamos del horno y dejamos atemperar unos cinco minutos dentro del molde. Luego desmoldamos sobre una rejilla y lo dejamos enfriar completamente.



Si no tenéis pasta de café no hay problema, se puede sustituir por dos cucharadas de Nescafé disueltas en un poco de leche.

No es un bizcocho muy dulce, así que podéis espolvorearle un poco de azúcar glas por encima, o hacerle un glaseado ligero. Es ideal para desayunos o meriendas, o para preparar en un momento, llevarlo al trabajo y que te hagan la ola, jajaja!

Espero que os guste!
Montes


lunes, 18 de noviembre de 2013

Piruletas de morcilla con manzana y salsa de mostaza al vino blanco (y ya llegó mi AIG!)


No sólo de pan vive el hombre. Es una frase que no por manida deja de ser cierta. Y por lo mismo (y con el permiso de Yaiza porque le robo la frase) no sólo de dulce vive una bloguera repostera. Así que hoy traigo una receta sin nada de azúcar, pues la verdad es que desde los cupcakes de bacon y camembert no había vuelto a publicar nada salado.


Esta receta es muy facilita, además es también estupenda para prepararla con niños. Y la salsa de mostaza es ideal para cualquier receta de carne, no sólo para estas piruletas. La receta de esta salsa la encontré aquí, aunque la he adaptado un poco. Yo la he preparado con Thermomix, porque resulta mucho más fácil (y limpio), pero se puede hacer igualmente de manera tradicional. 

La combinación de la morcilla con la manzana es exquisita, a mí particularmente me encanta el toque dulce (a ver, en algún sitio tenía que salir) que le aporta la manzana, y que suaviza el sabor de por sí algo intenso de la morcilla. 





Piruletas de morcilla con manzana y salsa de mostaza al vino blanco


Ingredientes:

  • 1 morcilla (yo utilizo de Burgos)
  • 1 manzana
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • 1 paquete de obleas para empanadillas
  • 1 huevo (para pintar las obleas)
  • Para la salsa:
  • 150 gr. de mantequilla
  • 1 cebolla no muy grande
  • 60 ml. de vino blanco
  • 1/2 vaso de agua
  • 1 cucharada de harina
  • 1 yema de huevo
  • 1 cucharada generosa de mostaza de Dijon de buena calidad (yo he utilizado la mostaza al vino blanco de Maille) 

Preparación:


  1. Primero preparamos la salsa: ponemos la cebolla en cuartos y la mantequilla cortada en taquitos en el vaso de la Thermomix, y programamos 10 seg. vel. 6. Luego programamos 5 minutos, 90º, vel. 2.
  2. Añadimos la cucharada de harina y programamos 10 minutos, 90º, vel. 2. Cuando hayan transcurrido 2 minutos, añadimos por el bocal el agua y el vino.
  3. Transcurrido ese tiempo, programamos 1 minuto, velocidad progresiva 5-10, sin temperatura.
  4. Añadimos la yema de huevo y la mostaza, y mezclamos 1 minuto, velocidad 5, sin temperatura.
  5. Vertemos en un recipiente y dejamos enfriar.
  6. Para preparar las piruletas, primero precalentamos el horno a 180º.
  7. Pelamos la manzana y la picamos en trocitos pequeños. La ponemos en una sartén junto con el aceite y la pochamos hasta que esté blandita.
  8. Quitamos la piel a la morcilla y la desmigamos sobre la sartén. Dejamos que se haga junto con la manzana, hasta que esté cocinada.
  9. Sobre la bandeja del horno ponemos un papel de hornear y colocamos las obleas. Rellenamos cada oblea con un poco de la mezcla de morcilla y manzana, ponemos un palillo de brocheta y colocamos otra oblea encima. Presionamos ambas obleas con un cortapastas o cortador de galletas con la forma que elijáis (yo he utilizado uno redondo con blonda, pero podéis usar uno con forma de flor, de corazón...) hasta cortarlas, y retiramos el excedente de pasta. Hacemos esto con todas las obleas.
  10. Pintamos las obleas con el huevo batido y horneamos aproximadamente 10-12 minutos, hasta que tomen un color dorado.
  11. Sacamos del horno y esperamos lo justo para no quemarnos la boca!




Y además esta semana al fin me llegó mi AIG! Este año le he tocado a Sara, de La cocina de Sariqui, quien me ha mandado un montón de cosas, entre ellas el plato de pizarra que he utilizado hoy para las fotos. Y además cápsulas para cupcakes, unas cucharas medidoras, un expositor de cupcakes, unos sprinkles, un aro de emplatar, y hecho por ella un salvamanteles de corchos reciclados y un tapete ribeteado de ganchillo. Muchas gracias Sara! Me ha gustado mucho!


Un beso para todos!
Montes

martes, 12 de noviembre de 2013

Mi primera experiencia en un casting, o cómo descubrir un tongo!

Como muchos de vosotros ya sabréis, hace unos meses se inició el proceso de casting para un programa del canal de televisión Cuatro, dirigido por el gran maestro repostero Paco Torreblanca y con mentores del mismo nivel. Se trata de un concurso tipo Masterchef, pero exclusivamente de repostería, y se llamará Deja sitio para el postre. Por supuesto, al igual que todos, ví la publicidad en distintos medios, pero no hice demasiado caso, en primer lugar porque suelo huir de las cámaras en general (prefiero estar detrás), y en segundo lugar porque era leer los requisitos y entrarme una pereza...

Sin embargo, como también a muchos de vosotros os habrá pasado, mi costilla también vió la publicidad, y comenzó en mi casa una campaña de bombardeo del tipo "Pero no seas tonta, preséntate!" "Si no lo intentas nunca sabrás si puedes" "Nena, tu vales mucho", y ese tipo de cosas...

A pesar de tanta insistencia, me mantuve firme y no volví a acordarme de dicho programa hasta que, unas semanas más tarde, recibí un mail en el que una redactora de la productora del programa me mandaba información al respecto y me animaba a participar. Se me ocurrió comentarle la existencia de dicho mail a mi marido, con lo que conseguí que retomara su campaña y me hiciera dudar de mi firmeza. Total, que finalmente, medio para que se callara, medio porque ya me había picado el gusanillo, respondí al mail, y al día siguiente dicha redactora se puso en contacto conmigo para explicarme cómo iba a ser la cosa.

En resumen, de forma muy dicharachera y con quizás un exceso de entusiasmo, me explicó que se trataba de un concurso tipo Masterchef, que no iba a ser de convivencia, que las personas seleccionadas como concursantes finales pasarían un máximo de 2 meses asistiendo de lunes a viernes a clases y recibiendo formación de mano de los más prestigiosos reposteros del país, que se trataría como de un Master en pastelería, que los fines de semana podríamos pasarlos también en casa, salvo que por necesidades del rodaje o por determinadas promociones se tuviera que disponer también de sábados o domingos....

En fin, así a grandes rasgos parecía un proyecto interesante, así que me dejé convencer y envié todo lo que pedían: fotografía mía personal, fotografías de mis postres, un video elaborando una receta, y un cuestionario rellenado (en el que sólo faltaba que me preguntaran el grupo sanguíneo. Este cuestionario ya me empezó a molestar, porque muchas de las preguntas no tenían nada que ver con un programa de repostería y traspasaban la barrera de la vida íntima).

De todas formas debo reconocer que tampoco profundicé mucho más, en ningún momento se me ocurrió preguntarle más detalles sobre el funcionamiento y desarrollo del concurso. Como tampoco me veía con grandes posibilidades, no me importó demasiado. Además, era la primera vez que tenía contacto con algo relacionado con el mundo de la televisión (si exceptuamos asistir como público al Hablando se entiende la basca, con Jesús Vázquez, cuando yo tenía unos 12 tiernos añitos...), por lo que su funcionamiento me resulta completamente ajeno. Vale, sí, soy una ingenua, pero qué le voy a hacer. No voy a decir que estoy a la vuelta de todo cuando no es cierto, y menos que nada en este campo.

Finalmente la semana pasada dicha redactora volvió a ponerse en contacto conmigo para confirmarme mi participación en el casting ("Guay, nena, has superado esta fase, chachi, ya estás dentro del casting, yupiiiii!") que tras un cambio de fechas, se había trasladado a los días 11 y 12 de noviembre. Se nos pedía completa disponibilidad para ambos días, y si se superaba esa fase, sería necesario también tener disponibles los días 13, 14 y 15. Como aún me quedaba algún día de vacaciones, mi intención era presentarme el día 11, ver cómo estaba el patio y obrar en consecuencia.

Una de las cosas que más me llamó la atención esta última vez que hablé con la redactora, fue que me dijo que tuviera muy presente que la puesta en escena era lo más importante, que teníamos sólo tres minutos para presentar nuestro postre por lo que cuanto más memorable hiciera la presentación, mejor. Que si quería cantar o bailar, perfecto! ¿Perdón? ¿Cantar o bailar? ¿Esto es para el casting de Tu sí que vales o para un programa de repostería? Mis antiguos recelos volvieron de nuevo a aflorar, y temí que finalmente todo esto no fuera más que la preparación de un circo. Madre mía, si a mí los payasos dejaron de gustarme cuando tenía cinco años...

Cuando se lo comenté a mi amiga Ana, que para todas las cosas de la vida es mucho más sensata que yo, me dijo que en la tele en realidad lo que se buscan son perfiles de gente para que los espectadores se puedan indentificar con alguno de ellos: en todo concurso que se precie, independientemente de la temática, debe haber una guapa, un feo, un joven, un viejo, un gay, un incomprendido y un malo. A grandes rasgos, éstos son los perfiles que se buscan. Y ahí topaba yo con un problema, porque yo soy más de perfil seta, es decir: yo hago postres, si te gustan, bien, si no, bien también. Pero no esperes que haga nada más para conseguir que te gusten... Por tanto, como mi perfil seta no estaba entre los habituales, partíamos ya desde una posición de desventaja... Y justo este lunes, Maria Jesús, de Blog Appétit! escribía en su blog exactamente lo mismo, explicando los oscuros entresijos de la televisión. Ojalá lo hubiera leído el domingo, me hubiera ahorrado un tiempo que precisamente no me sobra...

Sin embargo me pasé todo el fin de semana planeando y preparando mi receta, pues se nos pedía que al primer casting lleváramos un postre hecho de casa. Pensando qué podría llevar que fuera original, con una presentación novedosa y que llamara la atención, pero sin tener que llegar al extremo de ponerme a cantar o a bailar para hacerlo destacar.

Finalmente, con todo preparado y metido en una maleta para poder terminarlo justo antes de que me tocara presentarlo, me fui el lunes prontito, acompañada por mi padre. Estábamos citados a las 8.45 en la Plaza de España (si, si, en la plaza, al aire libre, concretamente donde la fuente), y aunque llegué un poco antes allí me encontré a un nutrido grupo de personas que ya estaban esperando. Poco a poco fue llegando cada vez más gente, y al rato aparecieron los redactores de la productora, que nos fueron buscando cada uno a sus participantes para presentarse y explicarnos la "hoja de ruta". En ese momento nos dicen que teníamos que esperar a la presentadora, Raquel Sánchez Silva (que aún no había llegado) porque teníamos que grabar la entradilla del programa, y que después nos iríamos todos al hotel Mercure, en la plaza Santo Domingo, donde nos dividirían en grupos de mañana y tarde, para poder hacer las presentaciones de una forma ordenada. Hasta ahí todo razonable y correcto. 

Sin embargo la presentadora no llegó hasta casi las 10 de la mañana, y sin maquillar ni peinar del todo. Considerando que el que menos llevaba casi una hora y media esperando de pie en la plaza, cargando cada uno con el postre y demás cachivaches que cada uno llevara para su preparación, y con un frío y una humedad de c****** narices al estar en la sombra y al lado de una fuente, me pareció la primera falta de respeto a los que allí estábamos. Pero esto no había hecho nada más que empezar.

Después de la grabación de unas diez o doce tomas de la entradilla, un poco hartos de tanto repetir las ovaciones al final del "Deja sitio para el postre!" gritado por la presentadora, y sin sentir los pies, entumecidos por el frío y la humedad, finalmente nos encaminamos todos hacia el hotel indicado. Sin embargo, antes de llegar, observamos que en realidad se está formando una enorme cola que recorre la Gran Vía subiendo desde bastante antes del Teatro Lope de Vega, girando por la calle San Bernardo y recorriéndola entera hasta el hotel Mercure, al final de la misma. Algo sorprendidos porque eso no era lo inicialmente explicado, nos colocamos no obstante en la cola, esperando que sea temporal, hasta conseguir acceder todos al interior del hotel.

Sin embargo, empieza a pasar el tiempo y seguimos en la cola. De vez en cuando, algún redactor recorría la calle armado con un megáfono, nombrando a algún participante en concreo, quien salía de la cola ovacionado y se encaminaba al hotel, suponemos que para poder presentar su postre. Sigue pasando el tiempo, y la cola no avanza en absoluto. Siguen nombrando a participantes, pero ante las preguntas hechas por gente que comienza a impacientarse, la mayoría de los redactores nos ignoran totalmente, y los que acceden a atendernos no saben dar una respuesta fiable: que si en unos minutos se van a formar ya los grupos, que si en un poco más nos van a dar un número para acudir a una hora determinada... Nada concreto, todo suposiciones.

Mientras tanto el tiempo sigue corriendo. Una hora, dos horas, tres... La cola permanece inalterable. Los nervios no. Algunos empiezan a protestar de forma más ostentosa, produciéndose algún encontronazo con algún redactor con poca paciencia. Hay que tener también en cuenta que todos llevábamos preparado un postre, y que la mayoría contenía cremas, natas o ingredientes cuya conservación óptima había quedado atrás después de tantas horas sin refrigeración. Eso independientemente de que la estética también se pudiera haber visto perjudicada por ello...

Los pocos redactores que se atreven a recorrer la cola siguen sin poder concretar qué va a pasar a continuación. Por fin, tras tantas horas de permanecer esperando, comienzan a pedir que los que venimos de Madrid nos salgamos de la cola; nos juntan a todos y de manera visiblemente improvisada nos comentan que, como hay muchos participantes que vienen de fuera de Madrid, y la mayoría dependen de AVE, avión... para volver a sus casas, es lógico que se les dé prioridad a ellos, puesto que los de Madrid tenemos más facilidad para volver en otro momento... (claro, yo vivo a la vuelta de la esquina y en diez minutos estoy aquí). Total, que mejor nos fuéramos a casa y volviéramos al día siguiente a las 9 de la mañana. O-O ¿Pero no sabían de antemano los participantes que iba a haber y de dónde venía cada uno? Que yo sepa, la gente no podía pasar por allí y decir : "Hombre, mira, están haciendo aquí un casting, me voy a presentar". En ese momento me doy cuenta de que en realidad todo esto ya lo sabían desde un principio, pero que les interesaba tenernos allí de esa manera para hacer bulto y conseguir sus imágenes.

Ante esta falta de comprensión por el estado de los postres al día siguiente, falta de respeto por las personas que llevaban tanto tiempo esperando, y falta de consideración por la ilusión, el trabajo y el tiempo perdido, muchos protestan y se dirigen enojados a los redactores, recibiendo a cambio un simple encogimiento de hombros: si quieres, vuelve mañana. Si no quieres, no vuelvas. Simple. (Traducción: Me importa un pito tu ilusión, tu trabajo, tus ganas y tu postre de mierda: tengo un programa que sacar adelante y 300 personas pegándose por participar en él; si tu no quieres, habrá otro que sí quiera).

Indignada ante esta actitud,  me vuelvo a mi casa, donde descubro que a esas alturas la crema inglesa y la crema de mascarpone que llevaba mi postre hace ya tiempo que dejaron de ser salubres, por lo que, con gran dolor de mi corazón, tengo que tirarlo todo a la basura. Escribo mi estado de ánimo en Facebook, y entre otras muestras de ánimo y cariño, Carmen me habla de un post de Dani, de El Monstruo de las Galletas, y tras leerlo me quedo aún más alucinada. La verdad es que ni siquiera me había parado a pensar en qué pasaría en esos meses de grabación del programa, en caso de que finalmente resultara elegida. Pero parece ser que, a pesar de que los participantes que tuvieran trabajo tendrían que abandonarlo durante ese tiempo para dedicarse exclusivamente el programa, con la consiguiente pérdida de ingresos, la Productora no contemplaba el abono de ningún tipo de compensación o pago. Ni siquiera por derechos de imagen, puesto que al firmar el contrato se los estás cediendo. Parece ser que entienden que la formación recibida en ese tiempo es pago suficiente, y que además los concursantes deberían estar agradecidos de que no se les cobre nada por tener la suerte de participar. Y yo que pensaba que la esclavitud se había abolido hace siglos.... Total, que se supone que debes dar hasta dos meses de tu tiempo, a una empresa que va a obtener beneficios (publicidad, patrocinadores...) de ello, sin recibir nada a cambio, más que la manutención y esa formación? Disculpen, señores de Cuatro y de Magnolia TV, pero el recibo de la hipoteca me seguirá viniendo esos meses, y el banco no me acepta la ilusión como forma de pago. Mis hijas tendrán que seguir comiendo, y yendo al colegio, y mi coche seguirá necesitando gasolina para los desplazamientos. Es hasta problable que este invierno haga frío y que me vea obligada a poner la calefacción, caprichosa que es una. Se supone que debo pagar todo esto de mis ahorros, porque mientras trabajo para ustedes, no voy a tener absolutamente ningún ingreso? ¿Les van a decir eso también a los mentores del programa, al Sr. Torreblanca, a la presentadora? ¿O a ellos sí les van a pagar? Porque presentadores puede haber muchos, pero un concurso sin concursantes perdería mucho como programa....

La sensación final que he tenido es que las personas que nos hemos presentado no somos más que mercancía, material abundante y desechable, fácilmente sustituible, y del que se puede disponer en función de las necesidades concretas de un momento determinado. Sí, soy una ingenua. Diréis que debería haberlo sabido, que la televisión no es más que una caja de basura, que las personas no cuentan sino que son los intereses económicos y las audiencias las que mueven el cotarro. Pero qué queréis, prefiero no ser así. Cuando estudiaba filosofía siempre fui más de Rousseau ("El hombre es bueno por naturaleza") que de Hobbes ("El hombre es un lobo para el hombre"). No quiero ser una cínica, no quiero ver lo peor de la gente en todas partes. Aunque visto lo visto, por pura cuestión de supervivencia quizás debiera ser algo más cauta. En cualquier caso, como experiencia me ha enseñado a quedarme donde estoy, continuar con mi trabajo, con mis postres caseros, sin más aspiraciones que las de seguir divirtiéndome probando recetas nuevas, como hasta ahora, y contándolas después aquí, en el blog.

Después de toda esta parrafada (felicito a los que aún sigáis leyendo a estas alturas), sólo me queda desear mucha suerte a los que finalmente pasen el casting y resulten concursantes, y que la maquinaria de la televisión no les haga demasiado daño. A mí, desde luego, no me vuelven a ver el pelo en algo así.

Besos a todos.
Montes

Editado el 13 de noviembre: Además de los posts de Mª Jesús y de Dani, otras blogueras han contado su experiencia: Diario de un trapo y  Ana María de Cuestión de ideas. Leedlo porque sobre todo Ana María pudo finalmente entrar a presentar su postre, y cuenta el penoso trato que recibió. Está claro que lo último que importaba era el postre que llevábamos...

lunes, 11 de noviembre de 2013

Seis recetas con ingredientes de otoño


Es increíble como una vez pasado Halloween la mayoría de los blogs han entrado ya en fase pre-navideña. A donde quiera que mire, veo Papás Noeles, renos, bolas de Navidad... Soy la primera a la que la Navidad la encanta, y estoy deseando empezar a preparar un montón de recetas ricas típicamente navideñas, pero también es cierto que en realidad aún estamos en otoño, y el otoño es una estación digna de ser disfrutada plenamente. 

Creo que todas las estaciones tienen su encanto. Me gusta el invierno porque con el frío de la calle da gusto estar en casa con la familia, disfrutando del calor del hogar. Me gusta la primavera por el renacer que supone, el color y el olor de las flores, la vuelta del buen tiempo... Me gusta el verano porque es sinónimo de días largos, calorcito, vacaciones... Pero a menudo nos olvidamos del otoño, cuando una vez que hemos pasado el verano no sé a vosotros, pero a mí me encanta ver cómo los días se vuelven más frescos, el color del aire se pone más dorado, las hojas de los árboles comienzan a cambiar de color y a alfombrar las calles y los parques... Y hay que tener en cuenta también esos estupendos ingredientes que el otoño nos trae y con los que se pueden preparar deliciosas recetas.

Lo que hoy os traigo es una selección de recetas preparadas con ingredientes otoñales, que podemos preparar es una de esas tardes en las que el incipiente frío nos hace querer encender el horno.


1. Bizcocho al jarabe de arce.


Yolanda, de Pincholos
Me encanta el sabor que le da el jarabe de arce a los bizcochos, y veo que a Yolanda le pasa exactamente lo mismo. También a ella le recuerda al otoño, a la lluvia y a los días en casa horneando. Además lo explica fenomenal, con un paso a paso estupendo.


2. Tarta de castaña con chocolate a la naranja


Fani - Puntodenieve

Creo que una de las cosas que más intensamente nos recuerda que el frío viene para quedarse es el olor de las castañas asadas. Cuando empiezan a instalar los puestos de castañas significa que la cosa es seria y el verano quedó definitivamente atrás. Así que qué mejor manera de aprovecharlas con esta receta que nos trae Fani, que además lleva chocolate a la naranja. Una delicia!


3. Barritas dulces de calabaza.


Plato y Postre

Otro ingrediente que nos recuerda inmediatamente al otoño son las calabazas. Al margen de las clásicas calabazas halloweeneras, se trata de una hortaliza que por su sabor dulce es estupenda para preparar unos postres riquísimos. Y las originales barritas del blog Plato y Postre son ideales para aprovechar ese dulzor y tomar un postre sano y delicioso.


4. Flan de castañas


Carmen, de Mi Cocina

Carmen también aprovecha las castañas de esta temporada para hacer este fácil y riquísimo flan de castañas. No he probado nunca las castañas en flan, pero desde luego, después de ver la pinta que tiene éste, creo que es algo que tengo que solucionar ya!


5. Bizcocho de calabaza


Eloisa, de Harina y Huevo
Otra forma de emplear la calabaza es hacer un rico bizcocho como el que nos trae Eloisa. Desde luego tiene una pinta deliciosa, ideal para tomar con un café bien calentito en una fresca tarde de otoño.


6. Muffins de calabaza y pipas de girasol.

Manzana&Canela

Por supuesto, yo también he sido incapaz de resistirme este año a preparar algo con calabaza, y el resultado fueron estos increíbles muffins, que se preparan en un pispás y dejan la casa llena de un delicioso aroma dulce a canela y jengibre. ¿Os animáis a prepararlos también?

Estas son sólo algunas de las muchas recetas que se pueden encontrar para aprovechar los ingredientes otoñales. Si queréis encontrar más, podéis visitar la sección de Cocina de Red Facilísimo

Y vosotr@s, ¿cuál es vuestra receta de otoño favorita?

Besos!
Montes


jueves, 7 de noviembre de 2013

Sirope de cacao y Guinness


Madre mía. Creo que he encontrado mi perdición! Creo que no hay receta más fácil, más rápida, y con más posibilidades que la que traigo hoy!

Todo empezó por aprovechar la cerveza que me quedó después de hacer la Guinnes Layer Cake para el cumpleaños de mi amiga Cristina. Una lata de cerveza caliente abierta no tiene muchas salidas, a no ser que le busques alguna dulce... Y cómo no, de nuevo Pinterest ha sido otra vez fuente de inspiración.

A través de Pinterest, encontré el blog de Kevin, Closet Cooking, y en él esta maravillosa receta de sirope de chocolate y cerveza negra. Quizás a priori puede resultar un poco raro un sirope de cerveza negra, pero si habéis probado la combinación de chocolate y cerveza negra, entenderéis que la cerveza lo que hace es precisamente potenciar el sabor del chocolate y hacerlo más intenso.


Las posibilidades de este sirope son casi infinitas: podemos preparar unos batidos increíbles, o utilizarlo para cremas o buttercream (me estoy imaginando un SMBC con este sirope que debe estar de muerte), o para verterlo sobre unos cupcakes o ponerlo dentro como relleno... O simplemente comérselo a cucharadas! Está realmente delicioso y es muy sencillo de preparar.




Sirope de cacao y Guinness


Ingredientes:



  • 1 taza de Guinness o cualquier otra cerveza negra
  • 2 tazas de azúcar
  • 1 taza de cacao en polvo sin azúcar
  • 1 cucharadita (tsp) de vainilla en pasta o extracto de vainilla
  • 1 pizca de sal

Preparación:



  1. En un cazo ponemos todos los ingredientes, y llevamos a ebullición, removiendo para que los ingredientes se mezclen bien. Cuando comience a hervir, bajamos el fuego y lo dejamos hervir durante unos 5-10 minutos.
  2. Vertemos en los recipientes elegidos y dejamos enfriar.
  3. Se conserva en perfecto estado durante meses, en la nevera.




No me digáis que no os apetecería ahora mismo un rico batido preparado en dos segundos con este sirope?

Un beso!
Montes

lunes, 4 de noviembre de 2013

Guinness Layer Cake. Tarta de cerveza negra.


Este fin de semana hemos celebrado el cumpleaños de mi amiga Cristina. El cumpleaños en sí fue el pasado 15 de octubre, pero entre unas cosas y otras, hasta ahora no hemos podido celebrarlo. 


Por esta vez, y sólo por ser su cumpleaños (que no sirva de precedente) la dejé elegir la tarta. Bueno, en realidad le día dos opciones: tarta de calabaza o tarta de chocolate. Pero, cómo no, ganó el chocolate por goleada. Es mi sino. Me persigue el chocolate. Qué le voy a hacer, os juro que no es culpa mía...


Además llevaba ya bastante tiempo queriendo preparar la tarta Guinness, así que aproveché la ocasión y dejé creer a Cristina que había sido ella la que había elegido el postre. 


Guinness Layer Cake

(Receta adaptada de Nigella Lawson. Cantidades para un molde de 22 cm. de diámetro. Yo utilicé un molde de 15 cm. y me sobró masa para 12 cupcakes)


Ingredientes:

  • 250 ml. de cerveza Guinness
  • 250 gr. de mantequilla sin sal
  • 75 gr. de cacao en polvo sin azúcar
  • 400 gr. de azúcar
  • 1 yogur griego
  • 2 huevos L
  • 1 cucharada de vainilla en pasta o extracto de vainilla
  • 275 gr. de harina
  • 2 1/2 cucharaditas (tsp) de bicarbonato

Preparación:


  1. Precalentamos el horno a 180º, calor arriba y abajo sin ventilador. Engrasamos el molde elegido y reservamos.
  2. Tamizamos la harina y el bicarbonato. Reservamos.
  3. En un cazo, ponemos la cerveza y la mantequilla, cortada a trozos. Calentamos hasta que la mantequilla se haya disuelto.
  4. Añadimos el cacao y el azúcar y removemos hasta que quede totalmente mezclado. Retiramos del fuego.
  5. En el bol de la batidora batimos a velocidad alta los huevos con la vainilla y el yogur, y cuando esté mezclado, bajamos la velocidad pero sin dejar de batir incorporamos poco a poco la mezcla de cerveza.
  6. Por último, añadimos la harina y el bicarbonato y mezclamos lo justo hasta que esté integrado.
  7. Vertemos la mezcla en el molde y horneamos durante unos 50 minutos, o hasta que al pinchar con un palillo, éste salga limpio.
  8. Cuando esté hecho, sacamos del horno y dejamos atemperar dentro del molde durante unos 5 minutos. Luego desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.

Crema de queso para el relleno y la cobertura:


  • 300 gr. de queso crema, tipo Philadelphia.
  • 150 gr. de azúcar glas o icing sugar.
  • 200 ml. de nata para montar (mín. 35% M.G.)
  • 1/8 cucharadita de cremor tártaro (no es esencial, es sólo para hacer de estabilizante de la nata y ayudarnos a que no se baje)
  • Batimos el queso un poco, hasta que esté cremoso. Añadimos el azúcar glas y batimos hasta que esté integrado. Agregamos la nata, muy fría, y el cremor tártaro, y lo batimos todo a velocidad alta hasta que monte, con cuidado de no pasarnos. Nos quedará una crema con una consistencia increíble, y un sabor suave y delicioso.




Pero bueno, además de esta receta, hoy, 4 de noviembre, es el día en el que tengo que publicar el resultado del Concurso de mi Primer CumpleBlog! Imagino que estaréis todos deseando saber qué receta es la que ha sido la más votada por los demás participantes, verdad?



Y la receta ganadora es....


El bizcocho de chocolate y calabazas con nata, de Lola, de Frambuesa y Caramelo.

Enhorabuena, Lola! Tu receta ha sido la más votada por los demás participantes! No ha sido necesario que yo interviniera, jajaja! Me pondré en contacto contigo para concretar la manera de hacerte llegar el premio.

Y enhorabuena también a todos los demás participantes, todas las recetas eran geniales, y con vuestro permiso me las llevo a mi agenda de próximos proyectos. Muchísimas gracias por participar, y espero veros de nuevo a todos en el próximo concurso!