No veáis lo a gustito que he estado estos últimos días con la bajada de temperaturas de la que hemos disfrutado. ¡No os lo vais a creer, pero conozco gente que se ha quejado! ¿¿En serio?? ¿Hay alguien que prefiera morir de calor a 42 grados en junio antes que dormir tan a gusto tapadito con una colcha? Sinceramente, yo no. No sé si serán mis genes del norte, pero lo cierto es que no llevo muy bien las altas temperaturas. A mí dadme mejor algo de fresco, que si tengo frío ya me abrigaré. Pero del calor no hay quien se escape, te persigue implacablemente hasta en las largas noches de verano, y de esa manera no hay quien descanse.
Sin embargo, por suerte para los que se quejaban del frío y por desgracia para mí, estas temperaturas tan frescas están a punto de abandonarnos: volvemos de nuevo al calor más habitual ya en estas fechas y el horno volverá a ser simplemente un espacio donde guardar las sartenes.
