Infantes de almendra

lunes, 31 de marzo de 2014


En estos momentos, mientras me estéis leyendo, probablemente esté haciéndome fotos con alguna princesa o, si tengo suerte, incluso con algún príncipe :) Y no, no es que de pronto haya ingresado en los selectos círculos de la aristocracia europea, sino que estaré de Disneyland Paris, pegándome con cientos de niños para conseguir que mis hijas salgan solas en la foto con Cenicienta.


Sin embargo, no quería perderme de nuevo el reto de Tia Alia. Ya tuve que renunciar a participar el mes pasado, porque no tenía tiempo suficiente para preparar la receta, al coincidirme también con el día de publicación de Whole Kitchen. Así que para este mes he dejado la receta programada para que se publique sola mientras yo esté haciendo cola para que mis princesas particulares no se pierdan montarse en ninguna de las atracciones del parque.



Este mes la tía Alia viene de la mano de Nieves y Elena, pues su blog hace de anfitrión del Reto en esta ocasión. La receta dulce elegida por Elena han sido los infantes, curioso nombre que la tía Alia les da a estos deliciosos pasteles de almendra.



Nada más leer la receta, casi se me para el corazón al ver la proporción de mantequilla (en realidad la receta dice manteca, pero dudo que se trate de esa cantidad de manteca de cerdo) que llevan estos Infantes. Inmediatamente me vinieron a la cabeza los problemas que tuve con las galletas Pfeffernüsse por culpa de las extrañas proporciones de la tia Alia. Sin embargo, como en esta ocasión tenían pinta más de pastelillos que de galletas, decidí confiar en la receta y seguirla al pie de la letra.


Y la verdad es que, a pesar de mis recelos iniciales, estos Infantes quedan estupendamente y además están de muerte. Me recuerdan mucho a los financiers que hice recientemente, aunque en este caso la cantidad de mantequilla es infinitamente superior. Y por ello el resultado es mucho más húmedo, y con un sabor muy intenso que me recuerda ligeramente, salvando las distancias, a los sobaos pasiegos.


Pero hay que tener claro que estos aparentemente inofensivos pastelillos son en realidad una bomba calórica concentrada. Con la receta salen unas 12-13 unidades, y para esas 12-13 unidades ponemos una barra entera de mantequilla, calculad por tanto cuánta mantequilla lleva cada uno de estos Infantes. Podemos también por tanto llamarlos "atasca-arterias"...



Infantes de almendra


Ingredientes:

  • 250 gr. de mantequilla pomada
  • 200 gr. de azúcar
  • 200 gr. de almendra molida
  • 90 gr. de harina
  • 5 claras de huevo
  • 30 ml. de Cognac o el licor que prefiráis (yo he utilizado ron)
  • Azúcar glas para espolvorear

Preparación:


  1. Precalentamos el horno a 190º, calor arriba y abajo sin ventilador.
  2. Engrasamos un molde para cupcakes. Reservamos.
  3. Ponemos la mantequilla en la batidora y batimos hasta que esté cremosa. Añadimos el azucar y batimos a velocidad media-alta hasta que esté cremoso.
  4. Incorporamos la almendra, la harina, las claras de huevo y el licor, y batimos a velocidad media-alta durante unos minutos, hasta que aumente de volumen.
  5. Vertemos la mezcla en el molde para cupcakes, sin sobrepasar los 2/3 de su capacidad, y horneamos durante unos 18-20 minutos, o hasta que al pinchar con un palillo en el centro salga limpio.
  6. Si vemos que durante el horneado se nos están dorando demasiado, podemos tapar con papel de aluminio y continuar con el horneado.
  7. Cuando estén hechos, sacamos del horno y dejamos atemperar dentro del molde (si intentamos desmoldarlos mientras están calientes, se romperán).
  8. Cuando estén al menos templados, desmoldamos y dejamos enfriar por completo sobre una rejilla.
  9. Cuando estén totalmente fríos, espolvoreamos la superficie al gusto con azúcar glas.



Así que si estáis inmers@s en la operación bikini, probablemente sólo podréis probar una miguita de estos Infantes, pero estoy segura de que si el resto de vuestra familia no está a dieta, os agradecerá profundamente vuestro sacrificio, comiéndoselos todos.

Un beso!
Montes


Alitas de pollo al horno, con soja, miel y limón

jueves, 27 de marzo de 2014


¿A quién no le gustan las alitas? A pesar de ser el típico plato que es complicado comer sin ponerte de grasa hasta las cejas, todo el mundo disfruta como un crío cuando se saca la fuente de alitas de pollo. Además, suelen hacerse fritas, lo que hace que sean mucho más grasas y por tanto, tengan aún más calorías.


Hace ya un tiempo decidí probar a hacerlas al horno, en vez de freírlas, y pude comprobar que estaban igual de buenas y además conseguíamos que fueran un poco más sanas.


Lo que me gusta de las recetas saladas es que, a diferencia de la repostería, los ingredientes no deben estar tan estrictamente medidos. Para hacer una tarta, si la receta dice "100 gr. de azúcar", debes olvidas tu vena innovadora y poner exactamente 100 gr. de azúcar, o te expondrás a obtener resultados inesperados. Pero para las recetas saladas, estas alitas en concreto, puedes jugar más con los ingredientes, aumentar la cantidad de alguno si quieres potenciar su sabor o incluso eliminarlo si no te gusta demasiado. Normalmente preparo la marinada a ojo, dependiendo de cómo tenga el día en cuestión, pero para que tengáis una referencia indicaré las cantidades medias que suelo utilizar.



Alitas de pollo al horno, con soja, miel y limón


Ingredientes:


  • 750 gr. de alitas de pollo, partidas 
  • El zumo de 1 limón grande
  • 4 cucharadas de salsa de soja
  • 3 cucharadas de miel
  • 1 cucharada de AOVE
  • 1 diente de ajo machacado

Preparación:



  1. En un bol, ponemos el zumo de limón, la salsa de soja, la miel, el AOVE y el ajo machacado, y mezclamos bien con un tenedor.
  2. Ponemos las alitas en el bol y mezclamos bien con la marinada, intentando que todas las alitas queden bien impregnadas.
  3. Tapamos con un film transparente y dejamos reposar un tiempo.Cuanto más tiempo estén marinando, más sabor tendrán. Yo suelo prepararlas la noche anterior y dejarlas marinando hasta el día siguiente.
  4. Precalentamos el horno a 200º.
  5. Forramos la rejilla del horno con papel de aluminio, y la colocamos encima de la bandeja (de esa forma mancharemos menos). Colocamos las alitas sobre la rejilla.
  6. Horneamos las alitas y las vamos vigilando. Más o menos a los 15 minutos, o cuando veamos que ya están bien doradas por arriba, las damos la vuelta y las dejamos otros 10-15 minutos por el otro lado.
  7. Cuando estén hechas, las sacamos del horno y las servimos en una fuente. ¡Para chuparse los dedos!




Vamos, animaos a prepararlas para este fin de semana y me contáis si os gustaron! Si las preparáis y queréis mostrar cómo os quedaron, podéis mandarme un mail o escribirme en la página de Facebook :)

Besos!
Montes

Tarta Fraisier

martes, 25 de marzo de 2014


Whole Kitchen, en su propuesta dulce para el mes de marzo, nos invita a preparar un clásico de la cocina francesa: la tarta Fraisier.

Además, la propuesta de este mes no puede ser más oportuna, puesto que el próximo sábado nos vamos de vacaciones familiares a París, donde tendré el placer de probar ésta y otras delicias de la repostería francesa. Bueno, en realidad nos vamos con las niñas a Disneyland París, pero pienso escaparme al menos dos días a la Ville lumière, y traerme un mínimo de dos cajas de macarons de Ladurée (acepto encargos, por si alguien quiere).



El origen de esta tarta es incierto, algunas fuentes la sitúan sobre el 1860, época en la que también fue concebida otra de las grandes tartas de la repostería francesa, la tarta L’Opera, aunque a diferencia de ésta se desconoce su autor y sólo se sabe que llegó para situarse como una de las grandes tartas de su repostería. El origen de su nombre deriva de la palabra francesa fraise, fresa en francés). 

Consiste en un pastel de capas de bizcocho genovés bañados en almíbar de aguardiente de cerezas (Kirsch), una generosa capa de crema muselina y fresas. Suele terminarse con una capa de mazapán o merengue italiano dependiendo de la variante de esta. Originalmente se usaba una crema de mantequilla, pero poco a poco se ha ido derivando en una muselina, en la que se unen en diferente proporción la crema pastelera y la de mantequilla.

Las fresas frescas es uno de los distintivos más significativos de esta tarta, la cual aporta una frescura y una textura exquisita a la misma.


Es una tarta cuya elaboración lleva múltiples pasos, que, aunque no son difíciles individualmente considerados, sí que requieren paciencia y planificación. Hay que preparar unos bizcochos, un almíbar, la crema muselina y la pasta de almendras o mazapán.

En esta ocasión, como siempre que quiero conseguir un buen resultado, he acudido al blog de Luis Olmedo, pues su receta de tarta Fraisier es sin duda una de las mejores, por la inmejorable explicación y por el estupendo paso a paso; os recomiendo visitarla sin falta.


Tarta Fraisier


Ingredientes para la crema muselina

  • 500 ml. de leche entera
  • 4 yemas de huevo L
  • 120 gr. de azúcar
  • 1 pizca de sal
  • 1 cucharadita de vainilla en pasta o azúcar vainillado
  • 30 gr. de harina de repostería
  • 30 gr. de harina de maíz (maicena)
  • 275 gr. de mantequilla (150 gr. fría + 125 gr. pomada para el final)
  • 30 ml. de kirsch u otro licor de frutas (yo he utilizado aguardiente casero de cerezas)

Ingredientes para la pasta de almendras o mazapán

  • 100 gr. de almendra molida
  • 100 gr. de azúcar glas
  • 30 gr. de glucosa (opcional)*
  • 1/2 clara de huevo pasteurizada
  • Colorante en gel 
(*) Luis recomienda la utilización de glucosa para conseguir una pasta con mayor flexibilidad. Yo no tenía glucosa, pero sí Karo (sirope de maíz), y como me constaba que para algunas cosas es posible sustituir la primera por éste, le consulté a Luis sobre ello. Sin embargo, como iba sobre la marcha y no podía esperar a su respuesta, lo utilicé y debo decir que no obtuve mal resultado. Posteriormente, cuando Luis leyó mi mensaje me recomendó no utilizarlo, pero ya era demasiado tarde :) No sé cómo hubiera quedado sin ello, o utilizando glucosa en vez de Karo, pero con éste me quedó una pasta manejable, no pegajosa y bastante flexible.

Ingredientes para el almíbar

  • 50 ml. de agua
  • 50 gr. de azúcar
  • 20 ml. de kirsch (yo utilicé aguardiente casero de cerezas)

Ingredientes para la plancha de bizcocho genovés

  • 3 huevos L
  • 100 gr. de azúcar
  • 100 gr. de harina
  • 1 pizca de sal
  • 30 gr. de mantequilla derretida y enfriada
Además de estos ingredientes, necesitaremos 500 gr. de fresas naturales para la elaboración de la tarta.


PASO 1: Elaboración de la crema muselina, primera parte

  • En un cazo ponemos la leche junto con la mitad del azúcar (60 gr.), la pizca de sal y la vainilla, y calentamos sin que llegue a hervir.
  • Mientras, en otro bol batimos las yemas de huevo con el resto del azúcar, hasta que blanqueen y aumenten de volumen. Incorporamos las harinas, previamente tamizadas, mezclando suavemente para no perder el aire introducido.
  • Cuando la leche esté caliente, vertemos la mitad sobre la mezcla de yemas, azúcar y harina, y mezclamos, y después volvemos a verter esta mezcla en el cazo sobre el resto de la leche, que estará hirviendo. Seguimos mezclando con las varillas a fuego medio hasta que comience a espesar. Cocinamos un par de minutos más para que la harina termine de cocerse. 
  • Agregamos 150 gr. de mantequilla y ligamos
  • Ponemos esta crema en un tupper recubierto de film transparente y lo tapamos. Dejamos enfriar unas horas.

PASO 2: Elaboración del almíbar

  • En un cazo ponemos al agua y el azúcar y llevamos a ebullición, removiendo.
  • Cuando hierva, retiramos del fuego y añadimos el licor. Removemos y dejamos enfriar.

PASO 3: Elaboración de la pasta de almendras

  • En un bol ponemos la almedra molida y el azúcar glas, y mezclamos bien.
  • Añadimos la glucosa y la clara de huevo, y amasamos bien hasta conseguir una pasta homogénea y que no se pegue. Si vemos que nos hemos pasado un poco con la clara y la pasta está un poco pegajosa aún, vamos añadiendo un poco más de almendra y azúcar, a partes iguales.
  • Teñimos la pasta con el colorante elegido (yo he utilizado Extra Red de Sugarflair) y amasamos bien hasta integrar el color. 
  • Envolvemos la pasta en film transparente y reservamos.

PASO 4: Elaboración del bizcocho genovés

  • Precalentamos el horno, 180º calor arriba y abajo sin ventilador.
  • Preparamos la bandeja de horno: la engrasamos y colocamos un papel de horno encima. Engrasamos también el papel de horno. Reservamos.
  • Derretimos la mantequilla en el microondas, con cuidado de que no hierva. Dejamos enfriar.
  • En un bol, ponemos los huevos, el azúcar y la sal, y batimos a velocidad alta hasta que blanqueen y hayan triplicado su volumen (unos 8-10 minutos)
  • Tamizamos la harina y la incorporamos a la mezcla de huevos. Mezclamos con una espátula, suavemente, con movimientos envolventes, para no perder el aire conseguido en el batido.
  • Incorporamos la mantequilla ya enfriada y mezclamos de nuevo con suavidad.
  • Vertemos la mezcla en la bandeja de horno, y extendemos con ayuda de una espátula, intentando que nos quede lo más uniformemente posible.
  • Horneamos unos 10 minutos, vigilando para que no se dore demasiado.
  • Cuando esté hecho, sacamos del horno y dejamos que enfríe unos 5 minutos. Luego, para que no se seque, lo tapamos con un trapo hasta que enfríe por completo.

PASO 5: Terminación de la crema muselina

  • La realización de esta crema tiene dos pasos bien definidos: el primero es la crema que hemos dejado enfriando, y el segundo es la incorporación del resto de mantequilla en pomada y el licor una vez que la crema ha enfriado. Con ello nos aseguramos una consistencia tal que al partir la tarta no se desparrame la crema sino que conserve su forma. 
  • Es importante que la crema no esté demasiado fria: debe tener la misma temperatura que la mantequilla que vamos a incorporar, pues si estuviera demasiado fría, la mantequilla, al entrar en contacto con ella, que solidificaría y sería más difícil de integrar, de modo que podríamos obtener una crema con pegotes de mantequilla en su interior. Para evitarlo, si vemos que nuestra crema está muy fría, deberemos dejarla unos momentos antes a temperatura ambiente o ponerla sobre un bol con agua templada (no caliente) y remover un poco hasta que pierda el frío.
  • Ponemos de nuevo la crema en el bol de la batidora, añadimos los 125 gr. de mantequilla en pomada restantes y el licor, y batimos a velocidad media durante unos 8 minutos hasta cremar. Conseguiremos una crema de consistencia increíble. 

PASO 6: Montaje de la tarta

  • Lavamos las fresas y les quitamos el rabito. Reservamos.
  • Con ayuda de un aro de repostería (yo he usado uno de 13 cm. de diámetro porque quería una tarta pequeña, pero con las cantidades de la receta podríamos utilizar un aro de 17-20 cm.) cortamos dos círculos de bizcocho.
  • Engrasamos el aro de repostería y lo forramos con papel de horno para facilitar después el desmoldado.
  • Colocamos el primer círculo en el fondo del aro, y embebemos con el almíbar.
  • Ponemos un poco de crema sobre el bizcocho y repartimos bien con ayuda de una espátula.
  • Partimos algunas fresas por la mitad de forma transversal y las vamos colocando alrededor del aro, con la parte cortada pegada al aro. Presionamos bien para que se hundan en la crema del fondo. Intentamos que queden también lo más juntas posibles, sin dejar huecos entre ellas.
  • Una vez colocadas las fresas del borde, rellenamos el resto de tarta con más fresas, colocadas hacia arriba.
  • Vertemos la crema sobre las fresas y con ayuda de la espátula, presionamos ligeramente para asegurarnos de que se rellenan bien todos los huecos entre las fresas.
  • Colocamos la segunda capa de bizcocho y lo embebemos también con el almíbar restante.
  • Llevamos a refrigerar al menos dos horas.
  • Transcurrido ese tiempo, con la tarta ya fría, quitamos el aro y el papel de horno con cuidado.
  • Ponemos la pasta de almendra entre dos hojas de papel de horno y con ayuda del rodillo la estiramos muy fina (yo he utilizado el rodillo medidor con la medida de 3 mm.)
  • Cortamos un disco de pasta de almendras con el aro de repostería que utilizamos para la tarta, y lo colocamos sobre la tarta.
  • Decoramos con unas fresas partidas en capas, al gusto.



Si a estas alturas aún seguis leyendo, eso es buena señal: significa que no os han asustado los múltiples pasos de esta tarta y que posiblemente os vayáis a animar a prepararla. Si así lo hacéis, estoy segura de que no os va a defraudar. Mi marido (famoso por no ser nada fan del dulce) ha dicho que es una de las tartas más ricas que ha probado, y ha repetido ración. Eso ya de por sí es un buen indicativo de lo deliciosa que es esta tarta.

De verdad, no os asustéis por tanto paso! Animaos a prepararla y me contáis!

Besos!
Montes











Alfajores chilenos rellenos de dulce de leche

jueves, 20 de marzo de 2014


Hasta hace muy poco pensaba que alfajores sólo había dos tipos: los españoles, típicos de la época navideña, y los argentinos, formados por dos galletas de maicena, con un relleno dulce y a veces recubiertos de chocolate.


Pero resulta que en Chile tienen también unos alfajores, que se preparan tradicionalmente para sus Fiestas Patrias, que se celebran el 18 de septiembre. 


A diferencia de los alfajores argentinos, los alfajores chilenos se preparan con dos galletas u hojarascas, hechas con una masa muy básica, amasadas muy finas y que al hornearse quedan como curvadas, y van rellenos de dulce de leche (que en Chile llaman manjar) o de chancaca o panela, una especie de melaza muy densa que se obtiene al cocer el jugo de caña.


Es una receta muy fácil y que se prepara enseguida. En este caso yo he utilizado un dulce de leche que unos amigos nos trajeron de Argentina, pero si os animáis podéis probar a hacerlo casero, porque no tiene ninguna complicación.


La masa de las galletas u hojarascas es muy básica, sólo lleva huevos, harina y pisco, por lo que resulta bastante sosa si se come sola. Pero como vamos poner una generosa cantidad de relleno, no os preocupéis porque estos alfajores van a ser suficientemente dulces.

El pisco es un tipo de aguardiente chileno que se obtiene de la destilación de distintos tipos de vino. Si no tenéis, podéis sustituirlo por algún otro tipo de bebida alcohólica, como ron o whisky.



Alfajores chilenos

(Receta adaptada de Dulcinea. Para unas 24 galletas, unos 12 alfajores, dependiendo del tamaño)


Ingredientes:


  • 6 yemas de huevo
  • 125 gr. de harina
  • 3 cucharadas de pisco (u otro tipo de licor)
  • 250 gr. de dulce de leche
  • Azúcar glas para espolvorear


Preparación:


  1. Precalentamos el horno a 180º, calor arriba y abajo sin ventilador.
  2. Ponemos la harina en un bol y hacemos un agujero en el centro, donde ponemos las yemas y el pisco. Mezclamos bien los ingredientes, amasando hasta conseguir una masa blanda y lisa que no se nos pegue. Si fuera necesario, podemos añadir un poco de agua para ligar la masa. Tapamos y dejamos reposar unos 10 minutos.
  3. Con ayuda de un rodillo, estiramos la masa muy fina, de un espesor de unos 3 mm. Cortamos círculos de unos 5 cm. de diámetro, que vamos colocando en una bandeja de horno sobre un papel de hornear.
  4. Horneamos unos 10 minutos, hasta que comencemos a ver que empiezan a dorarse por los bordes.
  5. Sacamos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla. Cuando estén totalmente frías, ponemos una cucharada generosa de dulce de leche entre cada dos galletas, y espolvoreamos azúcar glas por encima.



Como veis, unos alfajores diferentes, muy fáciles de hacer y de los que probablemente no podréis comer sólo uno.

Espero que os gusten!

Besos.
Montes

Muffins de fresas, coco y trocitos de chocolate

lunes, 17 de marzo de 2014


Llevo un montón de tiempo con una canción en la cabeza. Más o menos desde el verano pasado, puesto que iba incluida en la banda sonora de la segunda película de Gru, película que, por supuesto, fuimos a ver (tener dos niñas pequeñas es la excusa perfecta para ir al cine a ver películas de dibujos animados). Esa canción es Happy, del músico estadounidense Pharrell Williams.


Además, desde que fue nominada a los Oscars como mejor canción, ha estado sonando continuamente en absolutamente todas las emisoras de radio. A nivel mundial. Vamos, que incluso para los que no hubieran visto la película, la canción les sonará con total seguridad.


En realidad se trata de una canción muy sencilla, con apenas mensaje, sin una letra demasiado elaborada y con un estribillo bastante repetitivo. Entonces, porque está medio mundo con esa canción metida en la cabeza? 


Creo que es simplemente por el buen rollo que transmite. Escuchas la canción, e inevitablemente los pies comienzan a seguir el ritmo y el estribillo se convierte en tu banda sonora para el resto del día. 

Porque la verdad es que últimamente algo de buen rollo extra no viene nada mal. Tenemos alrededor tantas cosas negativas (crisis económica, crisis social, una insostenible tasa de desempleo que parece que no hay forma de reducir a corto ni medio plazo...) Si vemos el telediario cualquier día las únicas buenas noticias las encontraremos en la sección de deportes (bueno, y eso dependiendo del equipo que seamos...)

Por eso creo que debemos aprovechar esas pequeñas cosas que nos hacen felices. Siempre podemos encontrar algo que nos proporcione algo de felicidad, aunque tenga que ser en pequeñas raciones. Puede ser un paseo por el parque en una bonita tarde de primavera, puede ser tener diez minutos para disfrutar del último libro que nos estamos leyendo y que tanto nos está gustando, puede ser el beso rápido que te da tu hijo antes de salir corriendo hacia el colegio... Estoy segura de que si nos fijamos podemos encontrar un montón de cosas positivas en nuestra vida, en las que habitualmente no reparamos, y que nos aportan esas pequeñas pero tan necesarias dosis de felicidad.


Y también estoy segura de que si probamos uno de estos muffins, tendremos al menos uno de esos pequeños momentos de felicidad. ¿No me creéis? Pues resulta que es muy fácil de comprobar. Como todos los muffins, se preparan en un pispás: mezclar ingredientes y hornear, sin más, por lo que en pocos minutos tendremos unos trocitos de felicidad que llevarnos a la boca. Probablemente después venga el momento contrario, cuando comprobemos que de la boca la felicidad nos ha bajado a las caderas o, peor aún, se ha instalado definitivamente en nuestro trasero, pero para eso están los vecinos: felicidad compartida engorda menos, segurísimo!!! :-)



Muffins de fresas, coco y trocitos de chocolate

(Receta adaptada de Nestlé Postres. Para unos 6 muffins grandotes, o 12 tamaño cupcake)

Ingredientes:


  • 150 gr. de chocolate negro
  • 150 gr. de fresas
  • 5 cucharadas de coco rallado
  • 50 gr. de mantequilla derretida
  • 3 huevos
  • 180 gr. de harina
  • 1 cucharadita de levadura en polvo
  • 60 gr. de azúcar
  • 1 yogur griego

Preparación:



  1. Precalentamos el horno a 190º
  2. Derretimos la mantequilla en el microondas, con cuidado de que no hierva. Reservamos.
  3. Troceamos el chocolate con ayuda de un cuchillo, intentando conseguir trozos de tamaño uniforme.
  4. Lavamos las fresas y las partimos en trozos.
  5. En un bol ponemos los ingredientes húmedos (huevos, yogur y mantequilla derretida) junto con el azúcar, y mezclamos hasta integrar. 
  6. Añadimos los ingredientes secos (harina, levadura y coco), y mezclamos suavemente hasta que se integren.
  7. Por último, añadimos los trozos de chocolate y lo removemos bien para que se mezcle.
  8. Vertemos la mezcla en los moldes elegidos, llenándolos primero sólo hasta la mitad, ponemos unos cuantos trozos de fresas en el medio, y luego añadimos más masa cubriendo las fresas. Terminamos repartiendo más trozos de fresas por encima.
  9. Horneamos durante aproximadamente 20 minutos, o hasta que al pinchar con un palillo, éste salga limpio.
  10. Cuando estén hechos, sacamos del horno y dejamos enfriar por completo sobre una rejilla.



Así que ya sabéis: poned la canción de Pharrell Williams a todo volumen (vuestro momento de felicidad no tiene que coincidir necesariamente con el del vecino), encended el horno y luego me contáis qué tal!

Besos!
Montes

P.D. Con esta receta participo en el 1º Aniversario del Reto de Cocineros del Mundo

Layer cake de limón y semillas de amapola

jueves, 13 de marzo de 2014

Layer cake de limón y semillas de amapola

Hacía mucho tiempo que no preparaba una tarta. Creo que la última que hice fue la tarta Guinnes para el cumpleaños de mi amiga Cristina, y eso fue allá por octubre. 

Layer cake de limón y semillas de amapola

Porque cuando hablo de hacer una tarta, me refiero a una tarta, tarta. Para mí, una tarta, tarta ha de ser necesariamente una tarta de capas de bizcocho con un relleno y una cobertura. Las cheesecakes, las tartas de manzana y demás tartas no entran en la categoría de lo que yo llamo tarta, tarta. Podría quizás encuadrarlas en pasteles dulces, en el mejor de los casos...

Por eso, cuando llega un cumpleaños siento que por fin ha llegado el momento de volver a ponerme a hacer una tarta, tarta. Realmente disfruto preparando el bizcocho, cortando las capas, rellenándolo y recubiréndolo. Sin embargo, no es algo que pueda hacer habitualmente, pues una tarta de este tamaño es mucho más difícil de "colocar" que otros postres de menores dimensiones. Si llamas a la puerta del vecino, por ejemplo, con un par de vasitos de mousse, es mucho más probable que te abran la puerta que si te ven con una tarta más grande que tu cabeza...

Por lo tanto, tengo que esperar que llegue un cumpleaños de algún amigo o familiar para darme el gustazo. En este caso se trataba del cumpleaños de mi suegra, e íbamos a comer todos a su casa. Por supuesto, mi cometido era llevar el postre, y como en ocasiones anteriores los postres de limón habían tenido éxito entre mi familia política, decidí preparar esta deliciosa layer cake de limón con semillas de amapola y una suave crema de queso. 

Layer cake de limón y semillas de amapola


Layer cake de limón y semillas de amapola

(Adaptado de Always with butter. Para una tarta de 15 cm. de diámetro)

Ingredientes para el bizcocho:


  • 195 gr. de harina
  • 200 gr. de azúcar
  • 2 cucharaditas (tsp.) de levadura en polvo
  • 1 pizca de sal
  • 2 cucharadas (Tbsp.) de semillas de amapola
  • 115 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
  • Ralladura de un limón mediano
  • 150 ml. de buttermilk (o 150 ml. de leche con un chorrito de vinagre o limón)
  • 3 claras de huevo (yo he utilizado pasteurizadas)

Almíbar para calar el bizcocho:



  • 80 ml. de agua
  • Zumo de un limón
  • 60 gr. de azúcar

Crema de queso de relleno y cobertura:



  • 400 ml. de nata para montar (mín. 35% M.G.)
  • 3 cucharadas de azúcar
  • 250 gr. de queso para untar, tipo Philadelphia

Preparación:



  1. Precalentamos el horno a 180º, calor arriba y abajo, sin ventilador.
  2. Engrasamos y forramos con papel de hornear un molde alto de 15 cm.
  3. Tamizamos la harina junto con la levadura. Reservamos.
  4. Si no tenemos buttermilk, lo preparamos casero: ponemos la leche en un vaso y añadimos un chorrito de vinagre o limón. Dejamos reposar.
  5. Ponemos la mantequilla junto con el azúcar en el bol de la batidora, y batimos hasta que esté cremoso.Añadimos las claras de huevo, y batimos a velocidad alta hasta que aumente de volumen.
  6. Añadimos las semillas de amapola y la ralladura de limón. Batimos hasta integrar.
  7. Incorporamos el buttermilk y batimos.
  8. Por último, añadimos la mezcla de harina y levadura, y la sal, y batimos a velocidad baja lo justo para que se integre. Terminamos de mezclar con una espátula de goma.
  9. Vertemos la mezcla en el molde, y horneamos durante aproximadamente 60-70 minutos, o hasta que al pinchar con un palillo éste salga limpio.
  10. Sacamos del horno, dejamos atemperar cinco minutos dentro del molde, luego desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla. 
  11. Mientras, preparamos el almíbar: en un cazo ponemos el agua, el azúcar y el zumo de limón. Llevamos a ebullición, removiendo, hasta que reduzca ligeramente y tenga una consistencia más espesa.
  12. Para preparar la crema, ponemos la nata , muy fría, junto con el azúcar, en el bol de la batidora, y batimos a velocidad alta. Justo antes de que esté montada del todo, añadimos el queso, también frío, y terminamos de montar.
  13. Para cortar el bizcocho es mejor que esté completamente frío y, a poder ser, reposado (yo normalmente hago el bizcocho el día anterior), porque de esa manera la miga estará más asentada y no se desmigará al cortarlo. Cortamos el bizcocho en capas con ayuda de una lira si la tenemos, o con un cuchillo intentando que queden iguales. Empapamos bien cada capa de bizcocho con el almíbar, y rellenamos con una capa de crema. Repetimos hasta completar todas las capas, y terminamos cubriendo la tarta, primero con una primera capa fina de crema "tapamigas", y luego por último con otra capa de crema, más gruesa, que intentaremos dejar lo más lisa posible con ayuda de una espátula recta o un scraper. Si queremos, podemos terminar decorando la tarta con algunos sprinkles de colores (yo los he puesto de color verde).


Esta es la única foto que tengo del corte... Disculpad la mala calidad, pero casi no me da tiempo ni a sacar ésta!
El resultado es una tarta suave, muy jugosa. La combinación del bizcocho cítrico con la crema de queso, que no es muy dulce, para mi gusto es exquisita. Os animo a probarla y a que me contéis qué os pareció.

Besos!
Montes

P.D. Con esta receta participo en el 1º Aniversario del Reto de Cocineros del Mundo

Kir Royal granizado

lunes, 10 de marzo de 2014


El Kir es un popular cóctel francés elaborado con crema de cassis (licor de grosella negra) y vino blanco, y se suele tomar como aperitivo antes de las comidas.


Aunque muchos piensen que el cóctel fue inventado por Félix Kir (1876-1968) al final de la Segunda Guerra Mundial, Kir sólo prestó su nombre en 1951 para una campaña publicitaria lanzada por la empresa Lejay Lagoute, inventora de la crème cassis, y que patentó la marca Kir® en marzo de 1952. Nacido en la Borgoña francesa, Kir era un sacerdote y canónigo que en 1940, tras la huida del alcalde de Dijon por la llegada de los alemanes, fue nombrado en su lugar. Como alcalde de la ciudad, divulgó el famoso aperitivo para promocionar el vino blanco de la región, que servía en las recepciones municipales. Hasta entonces el Kir era una bebida aperitiva muy popular no sólo en Borgoña, y era conocida con el nombre de blanc cassis. (Fuente: Wikipedia)


Posteriormente se creó una variante del Kir, el Kir Royal, elaborado con champagne en vez de vino blanco. Y en esta ocasión yo lo he preparado con un delicioso sirope casero de grosellas frescas en vez de utilizar cassis, y en versión granizada. Así no sólo tendremos un aperitivo, sino un estupendo postre digestivo o un granizado listo para tomar en cualquier momento.

La receta la tenía guardada de otro de mis recortes antiquísimos, esta vez de una revista de decoración (ole ahí, recetarios de alto standing), guardado para la posteridad en mi carpeta de "próximos proyectos" desempolvada recientemente. Y aprovechando que tenía grosellas que me habían sobrado de la mousse de yogur y chocolate blanco, decidí que a ésta receta le había llegado también su hora.


Kir Royal granizado


Ingredientes:


  • 100 gr. de grosellas frescas
  • 350 ml. de azúcar
  • 500 ml. de agua
  • 500 ml. de cava o champagne

Preparación:

  1. Ponemos el agua y el azúcar en un cazo a fuego medio, removiendo, hasta que hierva. Cuando rompa a hervir, retiramos del fuego y agregamos las grosellas. Volvemos a cocer a fuego bajo durante otros cinco minutos.
  2. Retiramos del fuego y trituramos todo con la batidora. Pasamos la mezcla por un colador para dejar sólo el líquido y quitar las pepitas y demás restos de las grosellas. Dejamos enfriar.
  3. Cuando esté frío, añadimos el cava, removemos bien, y llevamos al congelador hasta que cristalice. Como lleva alcohol, no llegará a congelar del todo, por lo que podremos servirlo perfectamente en cualquier momento.


El cóctel original lleva una medida de cassis por cada 8 medidas de cava o champagne. Veréis que ésta es una versión un poco sui generis, pero aún así deliciosa. Queda una bebida suave y dulce, si queréis notar más el toque alcohólico del cava, probad a reducir un poco la cantidad de azúcar, o a añadir algo más de cava a la mezcla. 

Espero que os animéis a probarla. Contadme si os gustó!

Besos!
Montes

P.D.   Con esta receta participo en el 1º Aniversario del Reto de Cocineros del Mundo

Mousse de yogur y chocolate blanco

jueves, 6 de marzo de 2014


Creo que si vuelvo a decir que soy adicta al chocolate, un gatito morirá en alguna parte. Por eso no lo voy a repetir, no porque me gusten especialmente los gatos, sino porque creo que con las ciento cincuenta mil veces que ya lo he dicho (ahí, sin exagerar) es suficiente.


Y precisamente porque me gusta el chocolate (mierda, lo volví a decir!) no me gusta NADA el chocolate blanco.


Es que ¿por qué se empeñan en llamar chocolate al chocolate blanco? ¡No lo es! Al menos, no es chocolate como yo lo entiendo. El chocolate debe ser oscuro, amargo, intenso. O incluso, aunque sea con leche, debe saber a cacao.


El chocolate blanco no sabe a cacao. Sabe dulce, solamente. Contiene cacao, efectivamente, pero sólo manteca de cacao, junto con leche y azúcar, lo que hace que tenga un sabor suave y dulce, pero muy alejado de lo que normalmente consideramos chocolate.


Por eso no sé que extraño proceso mental, cuando vi esta receta en Pinterest, me hizo tener ganas de probarla. Imagino que, como todo lo que se ve en Pinterest, entra por los ojos, y esta vez debió pasar lo mismo, saltándose incluso mi especial aversión por el chocolate blanco.


Y la verdad es que el resultado me ha sorprendido para bien. Queda una mousse ligera, muy suave, y aunque es cierto que se percibe el sabor del chocolate blanco, queda contrarrestado con el leve ácido del yogur, que me encanta. En este caso yo lo he acompañado también con grosellas frescas, también ácidas, pero podemos servirlo con otras frutas como fresas, moras, o incluso con mermelada o miel.

Mousse de yogur y chocolate blanco

(Para 7-8 vasitos)

Ingredientes:

  • 3 hojas de gelatina
  • 1 tableta de chocolate blanco (75 gr.)
  • 300 gr. de yogur griego
  • 3 claras de huevo
  • 50 gr. de azúcar
  • Grosellas (o la fruta que se prefiera) para decorar.

Preparación:


  1. Ponemos las hojas de gelatina a hidratar en agua fría. 
  2. Troceamos el chocolate, y lo derretimos al baño maría o en microondas (en este caso, calentando de 30 segundos en 30 segundos, removiendo entre cada intervalo, para que no se queme)
  3. Cuando el chocolate esté fundido, lo mezclamos con el yogur, removiendo bien para que se integre del todo.
  4. Ponemos las claras junto con el azúcar en el bol de la batidora, y las montamos a punto de nieve. Reservamos.
  5. En un cazo a fuego bajo ponemos las hojas de gelatina, bien escurridas, junto con cuatro cucharadas de la mezcla de yogur y chocolate. Removemos hasta que la gelatina se haya disuelto, y entonces vertemos esta mezcla en el resto de yogur y chocolate. Mezclamos bien.
  6. Incorporamos las claras montadas y con suaves movimientos envolventes, removemos hasta que esté todo totalmente integrado.
  7. Vertemos en los vasitos o recipientes elegidos, y llevamos a la nevera al menos dos horas. En el momento de servir, acompañamos con la fruta elegida.



Como veis, es un postre muy sencillito, que se prepara enseguida, y luego es igual de fácil de comer. Y eso dicho por alguien que no soporta el chocolate blanco es mucho!

Probadlo y me contáis.

Besos!
Montes

Brownies con nueces y salsa de chocolate a la canela

lunes, 3 de marzo de 2014


Esta es de esas recetas que te quedas guardadas en la carpeta de "próximos proyectos" durante siglos, hasta que, de pronto, un día, decides que ha llegado el momento de prepararla.


En concreto, ésta es una de las recetas que vienen en el interior del paquete de Chocolate Nestlé para postres. Yo hago como las abuelas: receta interesante que veo, receta interesante que recorto y guardo como oro en paño. Y hay muchas recetas de este tipo, en envoltorios de comida, en revistas, incluso en catálogos... que a priori pueden pasar desapercibidas, pero que luego, al hacerlas, resulta que son un éxito.


Desde luego, ésta lo ha sido. El brownie, de entrada, es casi un acierto asegurado, pero es que éste es muy suave, se deshace en la boca, y el toque de canela lo hace muy especial.


La receta original era con almendras en vez de nueces, pero, ventajas de hacerlo uno mismo, como a mí me gustan más las nueces en el brownie, he modificado ese ingrediente. No dudo que con almendras también estará buenísimo, si os gustan y queréis probar, no tenéis más que sustituir las nueces por almendras. Yo he utilizado nueces de California.


Y el punto final de esta receta lo pone esa salsa de chocolate especiado a la canela. Ya sólo el brownie está delicioso, pero acompañándolo con esta salsa templada, con ese toque de canela... Mmmm, supongo que ya os lo estáis imaginando!



Brownies con nueces y salsa de chocolate a la canela


Ingredientes:

  • 125 gr. de chocolate negro
  • 125 gr. de mantequilla
  • 130 gr. de azúcar
  • 2 huevos
  • 50 gr. de harina
  • 1 cucharadita de canela en polvo
  • 1 cucharadita de vainilla en pasta, extracto de vainilla o azúcar vainillado
  • 75 gr. de nueces de California

Ingredientes para la salsa:


  • 150 gr. de chocolate negro
  • 100 ml. de agua
  • 1 cucharadita de canela en polvo


Preparación:

  1. Precalentamos el horno a 150º, calor arriba y abajo sin ventilador.
  2. Forramos un molde cuadrado (el mío es de aproximadamente 20X25) con papel de horno.
  3. Tamizamos la harina junto con la canela. Reservamos.
  4. Ponemos las nueces entre dos papeles de cocina y pasamos el rodillo por encima unas cuantas veces, para conseguir que queden en trozos más pequeños (sin pasarse: no queremos polvo de nueces)
  5. Ponemos agua en un cazo y encima un bol de cristal. Cuando el agua comience a estar caliente, fundimos el chocolate en el bol de cristal, al baño maría. Añadimos la mantequilla a trocitos, y removemos con una espátula hasta que se derrita por completo y obtengamos una masa lisa. Retiramos del fuego.
  6. En el bol de la batidora batimos los huevos con el azúcar hasta que blanqueen y aumenten de volumen. 
  7. Bajamos la velocidad de la batidora, y vamos vertiendo la mezcla de chocolate fundido, y la vainilla.
  8. Incorporamos la harina, y removemos con cuidado con la espátula hasta que esté totalmente integrado.
  9. Por último, añadimos las nueces troceadas, y volvemos a mezclar bien con la espátula.
  10. Vertemos en el molde, y horneamos durante unos 20-25 minutos.
  11. Mientras se hornea, preparamos la salsa: ponemos el agua en un cazo y llevamos a ebullición. Cuando hierva, retiramos del fuego y añadimos el chocolate en trozos y la canela. Removemos hasta que el chocolate esté totalmente fundido y nos quede una salsa lisa.
  12. Cuando el brownie ya esté hecho, lo sacamos del horno, dejamos atemperar dentro del molde unos 10 minutos, y luego sacamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.
  13. Servir los brownies templados, partidos en cuadrados y acompañados por la salsa de chocolate.



Es un postre muy fácil de hacer y con el que podéis quedar genial. Seguro que vuestros amigos quieren venir a visitaros más a menudo después de probarlo!

Espero que os guste!
Besos.
Montes

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