Me gustaría poder decir que, mientras estáis leyendo esta entrada, yo estaré relajadamente tumbada en la arena, disfrutando del sol en la playa mientras el suave arrullo de las olas hace de banda sonora.... Pero seamos realistas: me voy de vacaciones a Cantabria, y las posibilidades de que esa escena se haga realidad son bastante escasas. Lo más probable es que me encuentre mirando por la ventana e intentando adivinar si esos nubarrones oscuros que (con toda seguridad) habrá en el cielo aguantarán el tiempo suficiente sin soltar su carga antes de que llegue a meterme al coche....
En cualquier caso, ya sea bajo el sol o bajo el paraguas, estaré de vacaciones ¡por fin!. La verdad es que ya iba tocando, todos los años solemos coger las vacaciones a partir de la segunda quincena de agosto y se hace un poco duro ver cómo todo el mundo se va marchando mientras nosotros seguimos aquí de guardia... Aunque la parte buena es que cuando los demás vuelven, ya sin vacaciones hasta el año que viene, es el momento de irnos nosotros :-)
Yo he salido bastante abstemia; nunca me ha gustado demasiado el alcohol, y ni los fines de semana ni siquiera en vacaciones suelo tomarlo. Sin embargo, sí que hay una bebida que identifico con las vacaciones y que es la única que suelo pedir: la piña colada. La combinación de los sabores tropicales del coco y la piña junto con un (ligero) toque de ron dulce hace que al cerrar los ojos me vea tumbada bajo una palmera en una playa caribeña. Quizá sea por eso por lo que me gusta... :-)
Así que tengo que recomendaros totalmente que probéis estos cupcakes. Porque además de que hacerlos es facilísimo (ni siquiera he tenido que utilizar el robot de cocina para prepararlos, sólo para hacer la crema), es que es una de las recetas de cupcakes más buenas que he probado últimamente. Para que os hagáis una idea, el esaborío de mi marido ha rechupeteado hasta el papel de la magdalena!
Cupcakes de piña y coco
Ingredientes:
(Para unos 10 cupcakes)
- 3 rodajas de piña en conserva
- 125 gr. de harina
- 30 gr. de coco rallado
- 65 gr. de azúcar
- 40 ml. de aceite de girasol
- 100 ml. de nata líquida
- 2 cucharadas (Tbsp.) de ron
- 1 cucharadita (tsp.) de levadura en polvo
- 1/4 cucharadita (tsp.) de bicarbonato
- 1 huevo
Preparación:
- Precalentamos el horno a 170º, calor arriba y abajo sin ventilador.
- Preparamos la bandeja para cupcakes con las cápsulas. Reservamos.
- Tamizamos la harina junto con la levadura y el bicarbonato. Reservamos.
- Con ayuda del accesorio picador de la batidora, trituramos las rodajas de piña junto con el ron y un par de cucharadas del jugo de la piña, hasta conseguir un puré. Reservamos.
- En un bol mezclamos el huevo, el coco rallado, el azúcar, el aceite y la nata hasta integrarlo bien.
- Añadimos la mezcla de harina, levadura y bicarbonato y lo mezclamos.
- Por último, incorporamos el puré de piña y lo mezclamos bien.
- Rellenamos las cápsulas hasta un máximo de 2/3 de su capacidad, y horneamos unos 20-22 minutos, o hasta que al pinchar con un palillo en el centro de un cupcake, salga limpio.
- Cuando estén hechos, sacamos del horno y dejamos atemperar unos 5 minutos dentro de la bandeja de cupcakes. Luego los sacamos y los dejamos enfriar por completo sobre una rejilla.
Buttercream de piña colada:
- 150 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
- 150 gr. de azúcar glas o icing sugar
- 2-3 gotas de aroma de piña colada
- Batimos la mantequilla hasta que esté cremosa y le añadimos el azúcar glas. Tapamos el robot para evitar una nube de azúcar por toda la cocina, y batimos mínimo 5 minutos a velocidad máxima. Añadimos el aroma de piña colada y batimos de nuevo un par de minutos más. Introducimos la crema en una manga pastelera con la boquilla elegida y decoramos al gusto.
Para rematar la decoración le he colocado a cada cupcake un bombón de chocolate con formas marinas, inspirándome en estos cupcakes de Sweetopia. Aunque yo he hecho trampa, porque mis bombones son comprados mientras que Marian los hizo ella utilizando un molde para chocolate.
Como comprobaréis en la foto, con estos calores es imposible, al menos en mi casa, obtener una buttercream firme para decorar. Lo que en invierno es "mantequilla a temperatura ambiente", ahora en verano en un par de minutos se convierte en "sopa mantequillosa". Y no me gusta añadir más cantidad de azúcar para compensarlo, porque con esas proporciones ya está lo suficientemente dulce. En cualquier caso, para lo que duraron "vivos", la consistencia de la crema fue lo de menos :-)
Probadlos y me contáis!
Besos!
Montes
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