Ensalada de espinacas con queso feta, nueces y pasas

jueves, 26 de junio de 2014


De nuevo vengo con una receta salada, o al menos una receta no dulce. Pero es que esta ensalada es una de mis favoritas, riquísima y muy completa, si no la habéis probado nunca os aconsejo que lo hagáis.


Y eso que a mí no me gustan las espinacas. Nada. Pero cuando me quedé embarazada de mi primera hija, la matrona me recomendó tomar alimentos ricos en hierro, y entre ellos destacan de forma importante las espinacas. Cocidas no puedo con ellas, y las tolero gratinadas con bechamel, pero así hacen que se pierda gran parte del propósito que tenemos al tomarlas, que es no abusar de las calorías.


Así que probé a tomarlas frescas, en ensalada. Y me llevé una agradable sorpresa, pues de esta manera no sólo me gustaron, sino que me encantaron. Normalmente suelo ponerlas de la manera que las he preparado hoy, pero admiten multitud de combinaciones.

Las espinacas son una fuente de vitaminas, fibra, proteínas y minerales. Además tienen propiedades antioxidantes, que protegen del daño celular. Tienen muchos beneficios que podemos encontrar en las carnes rojas, pero con una mínima cantidad de calorías y sin nada de grasa.

Si además las acompañamos con nueces, fuente natural de grasas Omega 3 y Omega 9, que nos ayudan a combatir el colesterol y prevenir la mala circulación de la sangre, y con queso feta, fuente de proteína y calcio, y también con propiedades antioxidantes, nos encontramos con una ensalada muy completa y nutritiva.

En este caso también le he añadido pasas, aunque le he puesto sólo unas poquitas para no abusar, pues si que es verdad que engordan no son muy light. Pero contienen también entre otras propiedades beneficiosas una gran cantidad de hierro, por lo que junto con las espinacas y tomadas con moderación son estupendas para evitar la anemia.



Ensalada de espinacas con queso feta, nueces y pasas



Ingredientes:


  • 100 gr. de hojas de espinacas, lavadas y sin el tallo.
  • 100 gr. de queso feta, cortado en taquitos
  • 1 puñado de nueces de California, peladas.
  • 3 cucharadas de pasas sultanas.
  • AOVE, vinagre y sal.

Preparación:

  1. Lavamos bien las espinacas, y escurrimos para que no les quede nada de agua.
  2. Cortamos el queso feta en taquitos, y lo ponemos sobre las espinacas, junto con las nueces y las pasas. Las cantidades indicadas arriba son orientativas, si os gusta un ingrediente más se puede añadir la cantidad que se quiera.
  3. Sazonamos y aliñamos al gusto. Servimos inmediatamente.



Una receta sana, nutritiva e ideal para la operación bikini. ¿Qué más se puede pedir?

Espero que os guste!
Montes

Pollo al limón en cocotte

jueves, 19 de junio de 2014


Este año he debido ser muy buena, porque he tenido unos regalos de cumpleaños estupendos. Además del molde Heritage de Nordic Ware para bundt cakes que estrené la semana pasada con este bizcocho, también me han regalado una cocotte. 


Tenía muchas ganas de tener una. La verdad es que me hubiera gustado tener la cocotte por excelencia, de la marca Le Creuset. Pero debido al demasiado elevado precio de éstas, de momento me conformo con ésta, que es de IKEA, y con un precio mucho más módico. De todas formas, si comienzo a darle buen uso, como preveo, no descarto terminar haciéndome con una Le Creuset (desde aquí lanzo un llamamiento a eventuales patrocinadores, por si se sienten magnánimos y les apetece contribuir con el buen funcionamiento de este blog, jeje).


Una cocotte es una olla fabricada con hierro fundido, revestida normalmente de material cerámico, ideal para cocinar los alimentos de forma lenta y en su propio jugo, pues al taparse se consigue que no se escape la humedad generada en la cocción. Es adecuada tanto para cualquier tipo de placa (vitrocerámica, gas, eléctrica o incluso inducción) como para horno, con lo cual podemos comenzar y terminar el plato utilizando sólo un recipiente.



Pollo al limón en cocotte




Ingredientes:


  • 1 Kg. de muslos de pollo, o de pollo troceado
  • 50 gr. de mantequilla
  • 1 limón grande
  • 1 cebolla mediana
  • 1 cucharada de orégano
  • Sal

Preparación:


  1. Precalentamos el horno a 200º.
  2. Ponemos la cocotte al fuego y derretimos la mantequilla. Pochamos en ella la cebolla (1)
  3. Cuando esté ya transparente, añadimos el pollo (2), y cuando comience a dorarse añadimos la piel del limón (3) sin nada de la parte blanca (para que no amargue), el orégano y la sal.
  4. Removemos todo bien y dejamos cocinando unos 10 minutos; cuando empiece todo a coger color (4) lo metemos en el horno (5), tapado, durante 30 minutos (6). Después quitamos la tapa y dejamos al menos 15 minutos más en el horno, para que se dore bien.
  5. Podemos servir acompañado de arroz o patatas, fritas o asadas.




Es la primera receta que he hecho con esta olla, pero su sencillez y facilidad de uso me han encantado, así que probablemente veáis más platos preparados de esta manera. Si aún no tenéis una, es posible hacer esta receta de igual manera comenzando con una cazuela normal al fuego, y luego trasladando el pollo a una bandeja de horno, cubierta con papel albal para que no se escape el vapor y pueda hacerse en su propio jugo.


Pero de verdad os animo a haceros con una de estas ollas, tanto si podéis adquirir una de más calidad o tenéis que conformaros con el modelo más económico, como yo. Es una inversión estupenda, pues dándole un buen uso puede durar toda la vida.

Probad a hacer esta receta, y ya me decís!

Besos!
Montes 

Azúcar invertido (con Thermomix)

lunes, 16 de junio de 2014


Ahora que ya por fin empezamos con el calorcito, ya empieza a apetecer un buen helado. Fresquito y dulce, el helado es el postre veraniego por excelencia.

Uno de los ingredientes utilizados en la elaboración de helados es el azúcar invertido. Aunque no es imprescindible, sí que es recomendable utilizarlo por su poder anticristalizante: los helados elaborados con parte de azúcar invertido serán más cremosos y tenderán a formar menos cristales de hielo que los hechos totalmente con azúcar normal, incluso sin utilizar heladera.

El azúcar invertido es utilizado muy habitualmente también en repostería por su alto poder endulzante. Como endulza más, es suficiente con una cantidad de azúcar invertido menor de la que se emplea habitualmente con un azúcar normal. Utilizado en bollos y bizcochos, hace que las masas se mantengan tiernas durante más tiempo y proporciona mayor brillo a la superficie.

Su elaboración es muy sencilla, y además se puede conservar en la nevera durante unos 12 meses, por lo que es útil preparar una buena cantidad e ir utilizándolo a medida que lo necesitemos, tanto para helados como si queremos emplearlo en cualquier otro postre, sustituyendo parte del azúcar de la receta con azúcar invertido.

La cantidad de azúcar invertido a utilizar en cada caso dependerá del tipo de receta que vayamos a hacer:

  • Helados: Se suele sustituir un 25% del azúcar indicado en la receta por azúcar invertido (es decir, si en la receta indica 100 gr. de azúcar, emplearíamos 75 gr. de azúcar normal y 25 gr. de azúcar invertido).
  • Bizcochos y magdalenas: En este caso sustituiremos entre un 10% y un 20% de la cantidad de azúcar indicada en la receta. 
  • Masas levadas: Sustituiremos el 50% del azúcar indicado en la receta por azúcar invertido.


Azúcar invertido (con Thermomix)




Ingredientes:

  • 150 gr. de agua
  • 350 gr. de azúcar
  • 1 sobre de gaseosillas (los venden por ejemplo en Mercadona como gasificantes para repostería). Vienen dos sobres: uno blanco (ácido málico y ácido tartárico) y otro morado (bicarbonato sódico)
  

Preparación:

 
  1. Ponemos el agua en el vaso y programamos 3 minutos, 50º, velocidad 5 (la temperatura deberá llegar obligatoriamente a 50º, si fuera necesario programaríamos un minuto más)
  2. Añadimos el azúcar. Programamos 6 minutos, 80º, velocidad 4 (en este caso también es necesario que la temperatura llegue a 80º)
  3. Añadimos el contenido del sobre blanco (ácido málico y ácido tartárico) y mezclamos 10 segundos, velocidad 4.
  4. Ahora tenemos que esperar a que la temperatura del vaso baje a 60º (en mi caso fueron unos 8 minutos, pero dependerá de la temperatura ambiente).
  5. Cuando la Tmx marque ya 60º, añadimos el contenido del sobre morado (bicarbonato sódico) y mezclamos 1 minuto en velocidad 4.


Se puede hacer también sin Thermomix, en un cazo al fuego, aunque en este caso necesitaríamos un termómetro de azúcar;  la verdad es que la máquina nos facilita enormemente el trabajo sobre todo por el control de las temperaturas.

Espero que no terdéis en preparar la receta y dejarla reservada, porque en breve vamos a comenzar a darle uso!

Besos!
Montes

Bundt cake de queso fresco batido y chocolate

jueves, 12 de junio de 2014


Originalmente esta receta iba a ser una receta ligera. Que conste. Y bueno, si cogemos únicamente el bizcocho, hay que reconocer que es un bizcocho más ligero de lo normal.


Porque el bizcocho está hecho sin mantequilla, sólo con una pequeña cantidad de aceite de girasol, y con queso batido desnatado, con 0% de materia grasa. Así que, estrictamente, la receta del bizcocho es una receta ligera.


El problema es que cuando ví el bizcocho terminado, me dio un poco de pena verlo ahí solito, casi desnudo, sin una cobertura que lo cubriera...




Y claro, la parte de mi cerebro que se encarga de buscar recetas light  había quedado agotada y K.O. después del gran esfuerzo de preparar un bizcocho ligero, así que entró en funcionamiento la otra parte: esa parte golosa y chocolate-adicta, esa parte que piensa que si un bizcocho no lleva chocolate no puede siquiera considerarse postre.



Así que, derrotada la parte sensata y entrando en juego la parte choco-ansiosa, me rendí y no tuve más remedio que preparar una suave ganaché de chocolate para bañar el bizcocho. Ahora que no nos oye nadie, debo reconocer que cualquier bizcocho siempre, SIEMPRE, va a estar mejor con chocolate por encima. Y eso que este bizcocho en concreto, a pesar de ser algo más ligero de lo normal, es uno de los más ricos que he hecho hasta ahora. Súper esponjoso y tierno, suave y lleno de sabor, está tan bueno que tenéis que probar a hacerlo, porque estoy segura de que se va a convertir en uno de vuestros imprescindibles.



Bundt cake de queso batido y chocolate

(Receta de Montes Ortiz. Para un molde de bundt de 10 tazas o un molde redondo de 20 cm.)

Ingredientes:


  • 3 huevos
  • 250 gr. de azúcar
  • 100 ml. de aceite de girasol
  • 1 cucharadita de vainilla en pasta o extracto de vainilla
  • 250 gr. de queso batido desnatado, con 0% M.G.
  • 225 gr. de harina
  • 1/2 cucharadita (tsp.) de levadura en polvo
  • 1/4 cucharadita (tsp.) de bicarbonato
  • 1 pizca de sal
  • Para la ganaché de chocolate: 150 gr. de chocolate y 150 ml. de nata para montar, mín. 35% M.G.


Preparación:

  1. Precalentamos el horno a 180º, calor arriba y abajo sin ventilador.
  2. Engrasamos el molde elegido. Reservamos.
  3. Tamizamos la harina junto con la levadura y el bicarbonato. Reservamos.
  4. Batimos a velocidad alta los huevos junto con el azúcar hasta que blanqueen y doblen en volumen.
  5. Añadimos el aceite y batimos de nuevo unos minutos hasta integrar.
  6. Incorporamos la vainilla y el queso, y batimos un par de minutos más.
  7. Incorporamos la mezcla tamizada de harina, levadura y bicarbonato, y la sal, y con ayuda de una espátula removemos bien la mezcla suavemente, hasta que esté bien integrado, con una consistencia suave y sin grumos.
  8. Vertemos la mezcla en el molde y horneamos durante unos 45-50 minutos, o hasta que al pinchar con un palillo en el centro del bizcocho, salga limpio.
  9. Cuando esté hecho, sacamos del horno y dejamos atemperar dentro del molde unos 10 minutos. Luego desmoldamos sobre una rejilla y dejamos enfriar por completo.
  10. Mientras el bizcocho está en el horno, preparamos la ganaché: ponemos la nata en un cazo al fuego, y cuando comience a hervir lo retiramos. Añadimos el chocolate, troceado, y removemos hasta que el chocolate se derrita por completo y tengamos una mezcla suave y sedosa. Dejamos atemperar.
  11. Cuando el bizcocho esté frío, vertemos la ganaché por encima y dejamos enfriar. Si la ganaché se hubiera solidificado en el ínterin, podemos volver a calentarla unos segundos en el microondas para que vuelva a estar más líquida y verterla así más fácilmente.



No es un bizcocho light al 100%, porque no deja de llevar azúcar y huevos, y también aceite, aunque poca cantidad. Pero sí que es más ligero que la mayoría, por lo que si vuestra parte golosa del cerebro está más domesticada que la mía, probad a hacerlo sin verter el chocolate por encima, ya veréis como tampoco os defraudará. Aunque si no tenéis problema con el chocolate o con las calorías extra, os animo a que probéis la versión chocolateada, pues está aún más buena, por supuesto!

Espero que os animéis a hacerlo y me contéis lo que os ha parecido!

Muchos besos!
Montes

Tarta de Frozen (otra vez), ahora para el cumpleaños de Lucía

lunes, 9 de junio de 2014


Este fin de semana hemos celebrado el cumpleaños de mi hija mayor, Lucía. 9 años ya, ains que se me hace grande!


Pero a pesar de crecer tan rápido, aún sigue siendo una niña a la que le encantan las películas de princesas. Igual que su hermana quiso que le hiciera una tarta de Anna, de la película Frozen, Lucía me había pedido que le preparara otra también a ella, aunque en este caso su personaje favorito es Elsa, la Reina de las Nieves, así que estaba claro que esta vez iba a ser ella quien coronase la tarta.



Como esta vez no me sentía animada para intentar un modelado de Elsa que quedara medio aceptable, estuve buscando ideas para la tarta, y vi ésta de Florentine Cupcakes. Me pareció una idea estupenda utilizar impresiones en azúcar para los personajes, porque se consigue volumen y distintas dimensiones pero sin tanta dificultad como implicaría modelarlos.




Para forrar esta tarta he probado por primera vez el fondant de Squires Kitchen, y debo decir que me ha parecido buenísimo: elástico, muy maleable, fácil de trabajar, no se hacen grietas al colocarlo sobre la tarta... Todo un descubrimiento, así que creo que va a ser el que utilice a partir de ahora.



Usé fondant de color blanco, y para conseguir el azul de los laterales empleé la misma técnica que en la tarta de Peppa Pig: se unta el fondant con una pequeña cantidad de Crisco, y luego se aplica un poco de colorante azul en polvo con un pincel y se extiende suavemente con los dedos, con movimientos circulares. El resultado es muy ligero, muy difuminado, y quedaba ideal para el acabado que le quería dar a esta tarta.


Y además de la tarta, preparé unos minicupcakes de vainilla con cobertura de crema de queso, porque el año pasado a los niños les encantaron y al ser así de pequeñitos se los comen fenomenal. También decoramos las bolsas de chuches y las botellas de agua a juego con el resto. Fue una semana intensa de trabajo repostero y de scrap (para éste fiché a mi marido y así se hizo un poco más llevadero), pero puedo asegurar que mereció la pena sólo por ver la carita que puso Lucía al entrar en el salón del cumpleaños y por el grandísimo abrazo que me dió al ver la mesa preparada y la tarta que había pedido. La ilusión de sus ojitos compensa todo ese trabajo y más.



Espero que os haya gustado tanto como a Lucía!

Muchos besos!
Montes

Mermelada de albaricoque sin azúcar

jueves, 5 de junio de 2014


Dice el dicho que, si la vida te da limones, haz limonada. Pues algo así es lo que me ha pasado esta semana. Mis padres han recogido la "cosecha" de su mini-albaricoquero, y está la casa llena de cajas de albaricoques: hay más que en Mercamadrid! Parece mentira con lo pequeño que es el árbol, la cantidad de fruta que ha dado.


Además, son unos albaricoques de una calidad extraordinaria, con un intenso sabor que ya no encuentras en los que se compran en el súper. Por supuesto, mis padres no han utilizado abonos químicos ni han fumigado el árbol, por lo que el aspecto de los frutos no es tan perfecto como los comprados. Pero puedo aseguraros que el sabor es incomparable.


Pero claro, con una cantidad tan grande de fruta, repartes entre vecinos y amigos y aún así no puedes comerte todo lo que queda, así que la solución es obvia: hacer mermelada. Mi madre en su casa habrá preparado tropecientos botes, y con los albaricoques que yo me traje a la mía me he puesto a hacer lo mismo.

Sin embargo, como llevo una semana a dieta (de nuevo, snif) y esperando que ésta sea la refinitiva, he querido probar a hacer una mermelada sin azúcar, apta para dietas hipocalóricas y también para diabéticos.


El azúcar en las mermeladas y confituras no sólo se añade para endulzar, puesto que la fruta ya contiene suficiente azúcar (fructosa) como para que resulte dulce. En realidad el azúcar cumple aquí dos funciones. Por un lado, es conservante, puesto que al absorber la humedad de la fruta evita la proliferación de bacterias y microorganistmos, y facilita así una mayor duración de la preparación. Y por otro lado, precisamente también por absorber el líquido, favorece la gelificación de la fruta, con lo que conseguimos que la mermelada tenga una textura más espesa.

Sin embargo, cuando pretendemos hacer una mermelada sin uno de los dos ingredientes principales, y precisamente el que le da la textura y facilita su conservación, debemos buscar otra alternativa para conseguir un resultado por lo menos similar.



En este caso he recurrido a un espesante natural, el agar-agar, para conseguir una consistencia similar, pues de otra manera la mermelada nos quedaría demasiado líquida. El agar-agar es una gelatina vegetal de origen marino que se obtiene de varias especies de algas. Tiene un poder espesante diez veces superior al de la gelatina normal, con lo que hay que ser cuidadoso con las cantidades y respetar las que se indiquen en la receta que se esté elaborando. La palabra “agar” viene del malayo agar-agar, que significa jalea.

El agar-agar ya se puede encontrar fácilmente en casi todos los supermercados, casi siempre en forma de polvo, aunque se comercializa también en fibras, con forma de copos, de cápsulas... Yo he utilizado los sobres de polvos.

El agar-agar hay que disolverlo previamente en un líquido frío, para después añadirlo a la mezcla que se pretende espesar y calentarlo, pues se activa a partir de los 85º. Tiene la ventaja sobre la gelatina normal que, a diferencia de ésta, puede gelificar mezclas ácidas, y como muchas recetas de mermeladas contienen zumo de limón, conseguimos mejor resultado con el agar-agar que con otras gelatinas. También nos permite presentar gelatinas calientes, pues gelifica incluso en caliente, a diferencia de la gelatina normal, que hay que dejar enfriar para que tome consistencia. Además es apta para veganos al no tener un origen animal.



Esta mermelada la he preparado con Thermomix, porque, como siempre, me resulta mucho más fácil. Pero se puede hacer de igual manera, con los mismos ingredientes, en un cazo a fuego medio y removiendo de vez en cuando con una cuchara de madera, para que no se queme.


Mermelada de albaricoque sin azúcar

(Receta adaptada de Velocidad Cuchara)


Ingredientes:


  • 1 kg. de albaricoques, pesados una vez limpios y deshuesados (no hace falta pelarlos)
  • 20 ml. de zumo de limón
  • 200 ml. de agua
  • 4 gr. (2 sobres) de agar-agar
  • Edulcorante (al gusto)

Preparación:


  1. Lavamos y deshuesamos los albaricoques. Reservamos.
  2. Ponemos en el vaso el agua y el agar-agar y programamos 4 minutos, varoma, vel. 1.
  3. Agregamos los albaricoques y el zumo de limón. Programamos 15 minutos, varoma, velocidad 2. Terminado el tiempo, comprobamos la consistencia, que dependerá también de la cantidad de agua que contuviera la fruta utilizada. Si ha quedado demasiado liquída, podemos programar de nuevo otros 5 minutos a la misma temperatura.
  4. Una vez conseguida la textura adecuada, añadimos el edulcorante que prefiramos (yo he utilizado 30 ml. de edulcorante líquido, que es una mezcla de sacarina y ciclamato sódico, pero podéis utilizar el que queráis, incluso se puede endulzar con sirope de agave o con miel, aunque en este caso también aportaría sabor). Podéis añadir más o menos cantidad, en función de que prefiráis la mermelada más o menos dulce.
  5. Vertemos la mermelada en botes previamente esterilizados, los tapamos y los dejamos boca abajo, para que se haga el vacío.



Hay que tener en cuenta que, al no llevar azúcar, la duración de esta mermelada será menor que la de una mermelada normal. Sin embargo, si la vais a tomar inmediatamente o si la vais a repartir para que se la tomen otros, no habrá problemas. 

Espero que os guste!
Besos!
Montes


Tarta para el 25 aniversario de una enfermera

lunes, 2 de junio de 2014


Esta semana mi amiga Ana me pidió ayuda para preparar una tarta para su jefa, que cumplía 25 años como enfermera. Iban a celebrar una fiesta a la que se había apuntado más de 50 personas, así que no nos valía con una tarta pequeñita, tenía que ser algo más grande.



Así que preparé dos bizcochos, de 25 y de 15 cm., y cómo no, de chocolate, siguiendo la receta de mi bizcocho súperchocolateado. No queríamos hacer una tarta de fondant, puesto que preferían que fuera cubierta sólo con crema. Y como debía ser blanca, elegimos para el relleno y la cobertura una crema de mantequilla suiza de vainilla.



Crema de mantequilla suiza de vainilla

(Cantidades para rellenar y cubrir una tarta de dos pisos, de 25 y 15 cm. de diámetro)


Ingredientes:


  • 24 claras de huevo (yo utilizo pasteurizadas)
  • 1 kg. de azúcar blanquilla
  • 1.500 gr. de mantequilla a temperatura ambiente (6 barras)
  • 2 cucharadas de vainilla en pasta o un extracto de vainilla de calidad

Preparación:


  1. En un cazo ponemos las claras y el azúcar, y calentamos, removiendo continuamente, hasta que el azúcar se haya disuelto.
  2. Vertemos la mezcla en el bol de la batidora, con las varillas colocadas, y montamos hasta conseguir un merengue que haga picos blandos.
  3. Cambiamos las varillas por el accesorio de pala, y bajamos la velocidad de batido. Vamos añadiendo la mantequilla a trozos, de poco en poco, sin dejar de batir, hasta que acabemos de incorporarla toda. Al principio puede parecer que la mezcla se ha cortado, pero al continuar batiendo conseguiremos una crema extraordinariamente suave y cremosa.
  4. Añadimos la vainilla, y batimos unos minutos más.




Como el número de personas que iban a ir a la celebración era tan alto, además de la tarta también preparé cuatro docenas de cupcakes red velvet, que son mis favoritos y siempre gustan a todo el mundo, con una suave crema de queso. Luego Ana me confirmó que efectivamente les había gustado todo, tanto la tarta como los cupcakes, y que no habían dejado ni las miguitas.



Espero que os haya gustado también a vosotros!

Besos!
Montes

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