Estos días de confinamiento hay muchas cosas que echamos en falta. La principal por supuesto es poder estar cerca de nuestros seres queridos, poder abrazarlos y tenerlos al lado. Nuestros familiares y amigos con los que podemos hablar a diario, afortunadamente, pero a quien aún no podemos ver en persona. Pero además de esas necesidades humanas, siempre hay otras pequeñas cosas cuya ausencia también notamos. Pueden ser cosas sin importancia, pequeños detalles que nos traen recuerdos de otros momentos felices. Como por ejemplo estos muffins superchocolateados. Siempre que voy a desayunar a una cafetería y veo que tienen muffins de chocolate no me puedo resistir. Siento como una especie de atracción fatal que me lleva invariablemente a pedir uno y probarlo. Imagino uno de estos muffins y huelo el café, oigo las conversaciones del resto de la gente de la cafetería... Un mundo que ahora se nos antoja lejano.