Cupcakes de cacahuetes con miel

jueves, 30 de enero de 2014


Me he dado cuenta de que tengo el apartado de cupcakes de mi blog un poco abandonado. Últimamente me apetece probar muchas recetas nuevas, variadas, y es verdad que los cupcakes han dejado de tener el protagonismo que tenían en un principio.


Pero es que hace tiempo que quería probar a hacer estos cupcakes. De hecho, compré una lata de esos deliciosos cacahuetes fritos con miel antes de Navidad, con la intención de hacerlos, y todo este tiempo, cada vez que abría la alacena, esa lata me miraba a los ojos. Resultado: a día de hoy quedaba más o menos la mitad de la lata. O sea, que tenía dos opciones: o me terminaba los cacahuetes, o preparaba los cupcakes de una vez. Bueno, obviamente al menos esta vez ganaron los cupcakes...


El caso es que mi gusto por estos cacahuetes es peculiar. No me gusta nada, nada, pero nada de nada, la miel. Siendo aún bebé, mi madre intentó "enriquecerme" el biberón con un poco de miel, y lo escupí todo. Y hasta ahora. No puedo ni olerla. Sin embargo, aunque el sabor a miel de estos cacahuetes es bastante sutil, esta ahí y lo percibo, pero a pesar de ello, inexplicablemente, me encantan, (prueba de ello es la constante pérdida de contenido de la lata). Así que he intentado reproducirlo en forma de cupcake, a ver qué tal.


Cupcakes de cacahuetes con miel


Ingredientes:

(Para 12 cupcakes)

  • 180 gr. de azúcar
  • 1 huevo y 1 yema
  • 90 ml. de aceite de girasol
  • 90 ml. de butermilk (si no lo tenéis, se puede hacer casero, añadiendo una cucharadita de vinagre a 90 ml. de leche)
  • 1 taza de harina
  • 1 cucharadita (tsp.) de levadura en polvo
  • 2 cucharadas grandes de miel
  • 150 gr. de cacahuetes fritos con miel

Preparación:


  1. Precalentamos el horno a 180º, calor arriba y abajo sin ventilador.
  2. Colocamos las cápsulas elegidas en la bandeja para cupcakes. Reservamos.
  3. Ponemos la leche en un vaso y le añadimos el vinagre. Dejamos reposar.
  4. Tamizamos la harina junto con la levadura. Reservamos.
  5. Ponemos los cacahuetes entre dos servilletas de papel y pasamos el rodillo por encima, presionando, hasta que consigamos trocearlos pero sin reducirlos a polvo.
  6. Ponemos el huevo y la otra yema junto con el azúcar en el bol de la batidora. Batimos a velocidad alta hasta que blanquee y doble de volumen.
  7. Añadimos el aceite y batimos de nuevo hasta integrar.
  8. Incorporamos el buttermilk casero y la mezcla de harina y levadura tamizadas, y removemos suavemente con una espátula de goma hasta que esté todo bien integrado.
  9. Por último, añadimos los cacahuetes troceados y mezclamos bien con la espátula.
  10. Vertemos la mezcla en las cápsulas, cuidando de no rellenarlas en más de 2/3 de su capacidad. Metemos al horno durante 17-20 minutos, o hasta que al pincharlas con un palillo, éste salga limpio.
  11. Una vez hechos, los sacamos del horno y dejamos atemperar unos minutos dentro del molde. Después los sacamos y dejamos enfriar por completo sobre una rejilla.

Buttercream de cacahuete:


  1. 200 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
  2. 200 gr. de azúcar glas o icing sugar
  3. 3 cucharadas muy generosas de mantequilla de cacahuete
  4. 2 cucharadas grandes de miel
  5. Cacahuetes troceados para decorar
  6. Batimos la mantequilla hasta que esté cremosa, y le incorporamos el icing sugar. Tapamos la batidora con un trapo húmedo o paño de cocina para evitar el "efecto niebla", y batimos, primero a velocidad baja, y poco a poco vamos subiendo la velocidad. Cuando empezamos a oir un "plop, plop, plop", podemos quitar el trapo, y batiremos a velocidad máxima durante al menos cinco minutos.
  7. Incorporamos la mantequilla de cacahuete y batimos un par de minutos más.
  8. Metemos la crema en una manga pastelera y decoramos al gusto.
  9. Como yo he utilizado miel ecológica, que nos trajo una compañera de mi marido directamente de las colmenas de su padre, he necesitado calentarla unos segundos en el microondas para hacerla más fluida. Si tenéis miel comprada este paso no será necesario. Con ayuda de una cuchara la vertemos sobre la buttercream, y terminamos poniendo unos cuantos cacahuetes troceados sobre los cupcakes.  

Yo no le he puesto demasiada miel por encima por las razones arriba explicadas, pero como eso va en gustos, si a vosotros os gusta más que a mí, no tenéis más que ser algo más generosos en este punto.

Espero que os guste la receta de hoy!

Besos!
Montes

Donuts originales (con cardamomo)

sábado, 25 de enero de 2014


¿Os lo podéis creer? Más de un año publicando recetas en el blog, y hasta ahora no tenía ninguna de donuts! Ha hecho falta un empujoncito para ponerme con ello!


Y es que Whole Kitchen, en su propuesta dulce para el mes de enero, nos invita a preparar un clásico de la cocina norteamericana: los donuts.


La primera vez que se hace referencia a un donut (del inglés doughnut, literalmente "nuez de masa") en un libro de repostería es en 1803 en un libro inglés, que lo tomó como una receta norteamericana. Existen varias versiones sobre el origen del donut, aunque parece ser que se debe a los emigrantes holandeses que llegaron a Estados Unidos en el siglo XVI y empezaron a dar a conocer un bollo también frito conocido como oliebollen (bolas de aceite), dulce que empezó a evolucionar hasta llegar al donut que conocemos hoy en día.



Curiosamente, la forma de rosquilla la inventó el marinero Hanson Gregory cuando, a la tierna edad de 16 años, decidió hacerles un agujero para solucionar el problema de que no se friera bien la masa en el centro.


Dado que nunca había hecho donuts, me pareció ideal empezar con la receta original, pues además son mis favoritos: los donuts de azúcar. Es verdad que también me gustan los de chocolate, o cualquiera de los hipermegacalóricos del Dunkin' Donuts, pero para mí, cuando se menciona la palabra "donut" la imagen que me viene a la cabeza es la del donut de azúcar de toda la vida.


Hay muchas recetas de donuts: tipo bizcocho, con masa levada, rellenos, sin agujero... Pero la receta tradicional es una masa levada cuyo ingrediente característico y que le da ese aroma inconfundible es el cardamomo. Busqué recetas que contuvieran este ingrediente, y finalmente me decidí a probar la de Goizalde, porque sus recetas me han funcionado siempre, y porque además ella asegura que quedan idénticos a los comprados. 


Para utilizar el cardamomo en esta receta, necesitaremos sacar las semillas que están en el interior de la vaina. Para ello pondremos las vainas dentro de una servilleta de papel, pasamos el rodillo por encima haciendo presión, y luego sacamos todas las semillas.




Donuts originales con cardamomo


Ingredientes:

(Para unos 18-20 donuts, dependiendo del tamaño)

  • 6-8 vainas de cardamomo
  • Ralladura de una naranja
  • 220 gr. de harina floja o de repostería
  • 80 gr. de harina de fuerza
  • 1 cucharadita de sal
  • 80 ml. de leche
  • 40 gr. de mantequilla
  • 25 gr. de levadura fresca
  • 30 gr. de azúcar invertido (podéis encontrar la receta aquí). Si no tenéis podéis sustituirlo por 50 gr. de azúcar normal.
  • 1 huevo
  • Aceite de girasol para freír los donuts.

Ingredientes para el glaseado:

  • 2 cucharadas de mantequilla
  • 3 cucharadas de agua
  • 6-8 cucharadas de azúcar glas

Preparación (Thermomix):

  1. Ponemos las semillas de cardamomo (las bolitas negras sacadas de las vainas), la ralladura de naranja, la harina y la sal en el vaso, y trituramos 30 segundos, velocidad 10. Reservamos.
  2. Sin lavar el vaso, ponemos la leche, la mantequilla y el azúcar invertido, y programamos 3 minutos, 37º, velocidad 1. 
  3. Añadimos la levadura  y mezclamos 10 segundos, velocidad 6.
  4. Añadimos el huevo y mezclamos 10 segundos, velocidad 6.
  5. Ahora incorporamos la mezcla de harina y cardamomo que habíamos reservado al principio, y mezclamos 30 segundos, velocidad 6. Después programamos 2 minutos, vaso cerrado, velocidad espiga.
  6. Tapamos el vaso con una toalla o trapo de cocina, y dejamos levar durante una hora y media.
  7. Transcurrido ese tiempo, sacamos la masa, la amasamos un poco con las manos hasta darla forma de bola, y la estiramos con el rodillo hasta un grosor de 0.5 centímetros, aproximadamente.
  8. Cortamos los donuts (yo usé un cortador redondo y una boquilla grande para hacer los centros) y los ponemos en una bandeja de horno sobre un papel vegetal. Los recortes los podemos volver a amasar, estirar y cortar, hasta acabar con la masa.
  9. Mientras hacemos esto, precalentamos el horno a 40-50º. Cuando tengamos todos los donuts cortados, apagamos el horno y metemos la bandeja dentro hasta que los donuts  aumenten el triple de su volumen inicial. También se pueden dejar levar a temperatura ambiente, sin precalentar el horno, pero de esa forma necesitarán bastante más tiempo.
  10. Mientras levan por segunda vez, preparamos el glaseado: derretimos la mantequilla en el microondas (con cuidado de no pasarse y que hierva) y le añadimos el azúcar glas. Mezclamos bien hasta que se integre y añadimos el agua. Si fuera necesario añadimos más azúcar glas hasta alcanzar la consistencia deseada.
  11. Ponemos una sarten al fuego con abundante aceite de girasol, y lo calentamos pero sin pasarnos (los donuts se hacen enseguida, y si el aceite está muy caliente quedarán más duros por fuera). Cuando el aceite esté caliente, vamos friendo los donuts un poquito por cada lado y los sacamos sobre un papel absorbente.
  12. Aún calientes los pintamos con el glaseado.

Preparación (tradicional):

  1. Ponemos las semillas de cardamomo en un mortero y las machacamos lo máximo que podamos, intentando conseguir un polvo lo más fino posible.
  2. En un cazo ponemos la leche, la mantequilla y el azúcar invertido, y calentamos a fuego medio-bajo, removiendo, hasta que la mantequilla se derrita (sin que esté caliente). Retiramos del fuego.
  3. Añadimos la levadura, desmigada, y removemos hasta que se disuelva.
  4. Añadimos el huevo, y revolvemos hasta integrar.
  5. En el bol de la batidora, con el gancho amasador, ponemos la mezcla anterior, junto con el cardamomo molido, la ralladura de naranja, la harina y la sal, y lo amasamos unos minutos, hasta que la masa se despegue del vaso.
  6. Tapamos con una toalla o trapo y dejamos levar una hora y media.
  7. Transcurrido ese tiempo, sacamos la masa, la amasamos un poco con las manos hasta darla forma de bola, y la estiramos con el rodillo hasta un grosor de 0.5 centímetros, aproximadamente.
  8. Cortamos los donuts (yo usé un cortador redondo y una boquilla grande para hacer los centros) y los ponemos en una bandeja de horno sobre un papel vegetal. Los recortes los podemos volver a amasar, estirar y cortar, hasta acabar con la masa.
  9. Mientras hacemos esto, precalentamos el horno a 40-50º. Cuando tengamos todos los donuts cortados, apagamos el horno y metemos la bandeja dentro hasta que los donuts  aumenten el triple de su volumen inicial. También se pueden dejar levar a temperatura ambiente, sin precalentar el horno, pero de esa forma necesitarán bastante más tiempo.
  10. Mientras levan por segunda vez, preparamos el glaseado: derretimos la mantequilla en el microondas (con cuidado de no pasarse y que hierva) y le añadimos el azúcar glas. Mezclamos bien hasta que se integre y añadimos el agua. Si fuera necesario añadimos más azúcar glas hasta alcanzar la consistencia deseada.
  11. Ponemos una sarten al fuego con abundante aceite de girasol, y lo calentamos pero sin pasarnos (los donuts se hacen enseguida, y si el aceite está muy caliente quedarán más duros por fuera). Cuando el aceite esté caliente, vamos friendo los donuts un poquito por cada lado y los sacamos sobre un papel absorbente.
  12. Aún calientes los pintamos con el glaseado.


Estos donuts están deliciosos para comer en el día, pues es verdad que para el día siguiente se quedan un poco secos. Para conservarlos bien, Goizalde recomienda congelarlos el mismo día de hechos, una vez fríos, envueltos en papel film, y luego sacarlos del congelador el día que se quieran comer, un par de horas antes para que se descongelen por completo. De esa forma podemos hacer una tanda entera de donuts y guardar varios para comerlos en otra ocasión.



Es una receta que me ha gustado mucho, porque me recuerda a los donuts de siempre. Pero si no os gusta el cardamomo, o si no lo encontráis, tampoco pasa nada, podéis sustituirlo por vainilla o por cualquier otro aroma que os guste. Parece una elaboración complicada, pero en realidad es muy sencilla, en elaborarla se tardan apenas unos minutos. Lo más delicado son los tiempos de levado.

Animáos a probarlos y me contáis!
Besos!
Montes


Galletas Pfeffernüsse de chocolate en la versión de Tía Alia

lunes, 20 de enero de 2014


Después del descanso navideño, retomamos de nuevo las recetas de Tia Alia con unas galletas típicas del norte de Europa, como en Holanda, donde se preparan el 5 de diciembre (el 6 en Bélgica) para SinterKlaas, una fiesta en la que los niños pequeños reciben regalos de San Nicolás, la inspiración original de Santa Claus. En Alemania las pfeffernüsse se preparan tradicionalmente durante la época navideña.



Normalmente las pfeffernüsse son unas galletas pequeñas, con frutos secos picados y especiadas (de hecho el nombre significa literalmente nueces de pimienta). Sin embargo, la receta de la tía Alia no tiene ni nueces ni pimienta. De hecho, no tiene ningún tipo de especia. Su elaboración, siguiendo la receta de tía Alia al pie de la letra me ha resultado bastante complicada, y es la primera vez que he tenido que realizar varios intentos no totalmente satisfactorios, y en los que he tenido que ir realizando alguna modificación.


Quizás es que, como no encontré manteca de vaca, la sustituí por manteca de cerdo, aunque no creo que sea sólo ese pequeño detalle lo que hizo que la receta no funcionara. 


En el primer intento, siguiendo la receta tal cual, el resultado fue un verdadero desastre. La masa era demasiado líquida, y además el gran contenido graso hizo que al meterla en el horno las bolitas que había formado se desparramaran por completo y se unieran formando esta especie de cuadraditos...


Así que en el segundo intento doblé la cantidad de harina y añadí una cucharadita más de levadura, consiguiendo una masa como ésta:


Con esta segunda masa salieron las galletas que veis en las primeras fotos. Son unas galletas muy crujientes, muy ricas, pero muy endebles: se hacen trizas con mucha facilidad. Necesitaban algo que hiciera de pegamento entre todos los ingredientes. Así que en el tercer intento añadí un huevo y más harina (no sé exactamente la cantidad porque en esta ocasión me limité a ir añadiendo hasta que obtuve la consistencia deseada).



Con esta tercera masa conseguí unas galletas más abizcochadas, más compactas y menos delicadas. Quizás de sabor me gustaran más las anteriores, pero éstas también están muy buenas y se pueden coger tranquilamente sin que se te desmenucen en la mano.




Es también usual cubrir estas galletas con azúcar glas o con un glaseado, y éso fue lo que hice con estas últimas galletas, preparar una suave glaseado de limón que le da un toque delicioso.



Galletas Pfeffernüsse de chocolate (versión tía Alia)


Ingredientes:


  • 170 gr. de chocolate, finamente triturado
  • 250 gr. de harina
  • 3 cucharaditas (tsp.) de levadura
  • 170 gr. de manteca
  • 170 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
  • 340 gr. de azúcar
  • 1 cucharadita de vainilla en pasta

Preparación:

  1. Precalentamos el horno a 175º, calor arriba y abajo.
  2. Trituramos en chocolate, dejándolo lo más fino posible.
  3. Ponemos la mantequilla, la manteca y el azúcar en el bol de la batidora y batimos hasta que esté todo integrado.
  4. Añadimos el chocolate, la harina, la levadura y la vainilla, y volvemos a mezclar hasta integrar. Si vemos que la masa aún está demasiado pegajosa, añadimos algo más de harina hasta conseguir la consistencia apropiada para poder hacer bolitas sin que se nos queden pegadas en las manos.
  5. Formamos bolitas, las colocamos en la bandeja del horno, sobre un papel vegetal, suficientemente separadas entre sí para evitar que se peguen si crecen durante el horneado, y las aplastamos ligeramente con los dedos.
  6. Horneamos durante 20 minutos.
  7. Transcurrido ese tiempo, sacamos del horno, dejamos atemperar unos minutos sobre la propia bandeja y llevamos con cuidado a una rejilla para que terminen de enfriarse (con cuidado porque, sobre todo en caliente, con ésta receta tienden a romperse con mucha facilidad)



Como os comentaba arriba, si preferís esta segunda textura más abizcochada, para las cantidades arriba indicadas deberéis añadir dos huevos e ir incorporando poco a poco más harina hasta conseguir una masa con una consistencia adecuada, que no quede ni muy dura ni pegajosa, y con la que se puedan formar también las bolitas con facilidad.

Si queréis cubrir las galletas con el glaseado, para glasear aproximadamente 12-15 galletas necesitaremos 1/2 taza de azúcar glas o icing sugar, y el zumo de medio limón. Mezclamos ambos ingredientes en un bol hasta integrar por completo, y bañamos las galletas, dándolas la vuelta sobre el glaseado, y colocándolas después sobre una rejilla hasta que se sequen.

Espero que os guste mi versión de estas galletas!
Un beso.
Montes




Nueve recetas dulces con manzana

jueves, 16 de enero de 2014

Supongo que, visto el nombre del blog, os habréis podido imaginar que me gusta la manzana. Pues sí, es una de mis frutas favoritas. Es dulce pero puede tener un punto ácido. Es muy versátil, pudiendo utilizarse tanto en platos salados como en postres. Es ideal para tomar sola, como tentempié. Es una de las pocas frutas de las que no me importa comerme incluso la piel. Es saciante, desintoxicante, antioxidante, reduce los niveles de colesterol y glucosa en sangre, ayuda a la memoria por su gran contenido en fósforo, e incluso puede ayudar a combatir el insomnio!

Pero además de todo ésto, la manzana me gusta porque está muy buena. Y por eso me apetecía navegar un poco por la red para buscar unas cuantas recetas que tengan como protagonista a la manzana. 

1.- Rosas de hojaldre y manzana, de Olor a hierbabuena. Me ha parecido una forma muy original de presentar un postre con manzana, y además seguro que están deliciosas!



2.- Brazo de Gitano relleno de crema de manzana, de Aisha Kandisha. Siempre me han gustado los brazos de gitano, pero normalmente los he comido rellenos de nata o crema pastelera. La opción de rellenarlo de una crema de manzana me parece ideal!



3.- Milhojas de crema y manzana caramelizada, de Jaleo en la cocina. En este caso Iñaki acompaña este increíble milhojas casero con unas rodajas de manzana caramelizada, lo que le da un toque especial a este postre tan tradicional.



4.- Strudel de manzana, de Frambuesa y Caramelo. Este postre, típico de la cocina germana, es ideal para los amantes de la manzana, como yo, porque es manzana en prácticamente un 90% :). En esta ocasión Lola lo prepara con pasta filo, lo que hace que sea mucho más ligero.



5.- Muffins de manzana, de Mara en Gredos. Me encantan los muffins: grandotes, sencillos de preparar, y además éstos que trae Mara tienen mucha manzana y son super esponjosos. 



6.- Hojaldre de manzana verde con arándanos y nueces, de Gastroandalusí. Muchos postres de manzana se preparan con una base de hojaldre, pero éste además lleva arándanos y nueces, una combinación deliciosa. Es muy sencillo de preparar, por lo que podremos tener un estupendo postre de manzana en poco tiempo.



7.- Plum cake de frutos secos y manzana, de Más dulce que salado. La manzana en trocitos es un ingrediente habitual también en muchos bizcochos, aportándoles jugosidad además de sabor. Este plumcake de Mara tiene una pinta deliciosa!



8.- Apple pie, de 2 Mandarinas en mi cocina. ¿Quién no ha visto alguna vez en una película o en una serie de dibujos el típico pastel que las matronas americanas preparan y dejan enfriar en la ventana? Pues Beatriz nos trae uno de estos pies de manzana, con un relleno tan dulce y jugoso que dan ganas de encender el horno ahora mismo para preparar uno.



9.- Y por último, la tarta de manzana, de este blog. Ésta es una receta rápida y sencilla, con mucho sabor a manzana, porque lleva una gran proporción de esta fruta. Es una versión clásica de la tarta de manzana de toda la vida, para la que no hay que tener materiales especiales ni una gran mano en la cocina, pero con la que obtendremos un resultado estupendo y que le gustará a todo el mundo.



Espero que os haya gustado la selección de hoy. Os recuerdo que si queréis buscar más recetas, podéis encontrarlas en la sección de cocina de RED Facilísimo.

Un beso!
Montes

Ensalada templada con cebolla caramelizada con fresa, jamón de pato, nueces y queso de cabra

lunes, 13 de enero de 2014


¿Cómo? ¿Una ensalada? ¿En este blog? Pues sí, aunque hasta la fecha casi todas las recetas publicadas aquí han sido de postres, ya va siendo hora de que el color verde aparezca más a menudo y no necesariamente en forma de crema dulce.



Pero claro, una ensalada no necesariamente debe ser sólo unas hojas de lechuga y poco más. Así que ya que preparo una, por qué no hacer algo especial.


Esta ensalada la probé por primera vez hace unos años en la cena de Navidad que antaño organizaba mi empresa (andadarán), y me gustó tanto la combinación de sabores que esa misma semana la hice en casa, adaptándola a mi manera. Nunca antes había probado el jamón de pato, pero la verdad es que está delicioso. En realidad, a diferencia del de cerdo, el jamón de pato no se obtiene de la pata del animal, sino que se trata de pechuga o magret  sazonado y curado o ahumado, y aunque para mí el jamón ibérico sigue siendo el rey de los jamones (yo por esas vetitas de grasa maaa-to), el de pato le aporta a esta ensalada un sabor intenso que combina estupendamente con los demás ingredientes.


El punto dulce (debe haberlo, cómo no, si no lo hay no es una receta apta para este blog) lo aporta la cebolla caramelizada, que en esta ocasión se prepara con mermelada de fresa, lo que le da un sabor aún más bueno. El queso de cabra, también de intenso sabor, se gratina unos minutos en el horno, para conseguir, junto con la cebolla, que esta ensalada no esté fría sino que sea templada.



Ensalada templada con cebolla caramelizada con fresa, jamón de pato, nueces y queso de cabra


Ingredientes:

  • 1 bolsa de ensalada de brotes
  • 1 cebolla
  • Mermelada de fresa
  • Queso de cabra
  • Jamón de pato
  • Nueces
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Vinagre de Módena

Preparación:

  1. Primero vamos a precalentar el horno para gratinar el queso: lo ponemos en función grill y temperatura 270º. 
  2. Mientras tanto preparamos la cebolla caramelizada: en una sartén ponemos una cucharada de aceite. Cortamos la cebolla en tiras muy finas y la pochamos hasta que empiece a estar blandita y transparente. Incorporamos tres cucharadas generosas de mermelada de fresa y seguimos caramelizando a fuego medio-bajo, removiendo continuamente, hasta que quede melosa. Reservamos.
  3. Lavamos y escurrimos la mezcla de brotes, y lo colocamos en un plato o fuente. Echamos por encima las nueces troceadas, la cebolla caramelizada y el jamón de pato. Aliñamos con AOVE y vinagre de módena.
  4. Cuando el horno ya esté caliente, bajamos la temperatura a 200º, ponemos el queso de cabra sobre una hoja de papel de aluminio y lo gratinamos un par de minutos, controlando que no se nos funda demasiado. Cuando veamos que comienza a coger un poco de color por los bordes, lo sacamos del horno y con cuidado lo colocamos sobre la ensalada.
  5. Servir inmediatamente.



Espero que os guste esta deliciosa ensalada! 

Un beso.
Montes

P.D. Cuando ya estaba preparada esta entrada, ví que las chicas de Con extra de queso habían publicado la receta de otra estupenda ensalada con jamón de pato. No dejéis de visitarlas!


Tarta de manzana rápida

jueves, 9 de enero de 2014


¡Feliz Año Nuevo a todos! Parece que suena un poco raro, porque ya estamos a 9 de enero y estas efusiones festivas a estas alturas están casi olvidadas. La vuelta al trabajo, al cole, a la rutina diaria, se han impuesto de nuevo, se acabaron las minivacaciones (para los que hayan tenido la suerte de tenerlas). Yo no me quejo, he tenido una semanita libre, en la que no he hecho nada de nada.


Y cuando digo nada de nada, es nada de nada. Nothing of nothing. Rien de rien. Vamos, que me he tomado lo de días libres al pie de la letra.


Es que no me apetecía ni acercarme a la cocina, algo totalmente inusual en mí. Y tampoco me apetecía ponerme a hacer fotos, aún más inusual. Así que, después de la receta del sorbete de piña al cava, decidí tomarme también unas minivacaciones blogueriles, y darme un respiro en este aspecto, pues la verdad es que publicar dos recetas semanales a veces supone un esfuerzo considerable, unido al resto de tareas de la vida normal.


La única interrupción de esta parálisis absoluta fue, de manera inexcusable, para hacer el roscón de Reyes, algo que en mi casa es sagrado y que, después de pasar años pagando auténticas barbaridades por ellos, decidí hace ya cuatro años hacerlo yo misma, algo que mi bolsillo y sobre todo mi familia ha agradecido, pues no hay punto de comparación entre un roscón hecho en casa con cariño y con ingredientes de total confianza y otro comprado a precio de diamantes de sangre.


Sin embargo la pereza instaurada en my body se apoderó de mí una vez hecho el roscón, por lo que este año no hay entrada del mismo. Sólo colgué un par de fotos en Facebook e Instagram del resultado, pero no me ha dado el ánimo para más. Sólo deciros que la receta que he seguido esta vez ha sido la de Luis Olmedo, de My European Cakes, y en mi opinión es la mejor receta de roscón que he probado nunca: con muy poca levadura y unos tiempos de levado algo mayores se consigue un roscón delicioso, muy aromático, y con una miga increíblemente esponjosa. Si para el año que viene os animáis a prepararlo en casa, os recomiendo sin dudarlo que probéis la receta de Luis, no os defraudará!


Supongo que a estas alturas del post estaréis pensando que qué hago hablando de pereza vacacional y de roscones increíbles, mientras intercalo sin parar cienes y cienes de fotos de una tarta de manzana.


Pues porque, aunque no lo parezca, este post trata precisamente de una receta estupenda de tarta de manzana. Y la razón de tanta foto es que, como he sido muy rebuena este año, los Reyes me han traído un pedazo de objetivo nuevo para mi Nikon: un 50 mm. f. 1/8. Ha sido tenerlo en mis manos y volver por arte de magia las ganas de hacer fotos como una loca.


Y para estrenar el año y mi nuevo objetivo, traigo hoy esta deliciosa tarta de manzana, rápida y sencilla. La complicación mayor es pelar las manzanas. La receta está adaptada de un viejo libro de cocina cántabra de mi madre, que me lo ha regalado estas Navidades en concepto de anticipo de herencia :). No va a ser la última receta que publique de este libro, porque me hace recordar mis orígenes con platos y postres típicos de mi tierra. Esta tarta se ha convertido en una de mis favoritas y estoy segura de que va a hacerse muy habitual en mi casa. Y si vosotros sois tan fan como yo de las tartas de manzana, os recomiendo que probéis también ésta con caramelo salado. De rechupete!



Tarta de manzana rápida


Ingredientes:


  • 6 manzanas
  • 1 taza (cup) de leche
  • 130 gr. de harina
  • 120 gr. de azúcar
  • 50 gr. de mantequilla
  • 3 huevos
  • 2 cucharaditas (tsp.) de levadura en polvo
  • 4 cucharadas soperas de mermelada de albaricoque
  • 4 cucharadas soperas de agua
  • 1 cucharada de zumo de limón

Preparación:



  1. Precalentamos el horno a 180º, calor arriba y abajo sin ventilador.
  2. Engrasamos un molde (en mi caso, uno redondo cerámico de unos 28 cm. de diámetro) y reservamos.
  3. Tamizamos la harina junto con la levadura. Reservamos.
  4. Derretimos la mantequilla con cuidado en el microondas. Reservamos.
  5. Pelamos y descorazonamos 4 de las 6 manzanas. Las troceamos y las hacemos puré con el accesorio picador de la batidora.
  6. En el bol de la batidora ponemos la mantequilla derretida, la leche y el puré de manzana y lo batimos un minuto hasta que mezcle bien. Incorporamos los huevos y el azúcar y volvermos a batir hasta integrar.
  7. Añadimos la mezcla de harina y levadura y batimos ligeramente, lo justo para que se integre. Terminamos de mezclarlo con una espátula de goma y movimientos envolventes.
  8. Pelamos las dos manzanas restantes y las cortamos en rodajas no muy gruesas. Volcamos la masa en el molde y colocamos por encima las rodajas de manzana.
  9. Horneamos unos 45 minutos.
  10. Transcurrido el tiempo, sacamos del horno y preparamos el almíbar: en un cazo ponemos la mermelada de albaricoque, el agua y el zumo de limón, y calentamos un par de minutos a fuego medio, revolviendo. Retiramos cuando empiece a hervir. Cubrimos la tarta con este almíbar aún caliente.
  11. Dejamos enfriar por completo antes de comer (si sois capaces)



Esta tarta es muy suave, no excesivamente dulce, jugosa y que tiene el peligro de entrar divinamente. Es literalmente imposible comerse sólo un trocito. Probad a hacerla y me contáis.

Un beso!
Montes

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