Creo que si vuelvo a decir que soy adicta al chocolate, un gatito morirá en alguna parte. Por eso no lo voy a repetir, no porque me gusten especialmente los gatos, sino porque creo que con las ciento cincuenta mil veces que ya lo he dicho (ahí, sin exagerar) es suficiente.
Y precisamente porque me gusta el chocolate (mierda, lo volví a decir!) no me gusta NADA el chocolate blanco.
Es que ¿por qué se empeñan en llamar chocolate al chocolate blanco? ¡No lo es! Al menos, no es chocolate como yo lo entiendo. El chocolate debe ser oscuro, amargo, intenso. O incluso, aunque sea con leche, debe saber a cacao.
El chocolate blanco no sabe a cacao. Sabe dulce, solamente. Contiene cacao, efectivamente, pero sólo manteca de cacao, junto con leche y azúcar, lo que hace que tenga un sabor suave y dulce, pero muy alejado de lo que normalmente consideramos chocolate.
Por eso no sé que extraño proceso mental, cuando vi esta receta en Pinterest, me hizo tener ganas de probarla. Imagino que, como todo lo que se ve en Pinterest, entra por los ojos, y esta vez debió pasar lo mismo, saltándose incluso mi especial aversión por el chocolate blanco.
Y la verdad es que el resultado me ha sorprendido para bien. Queda una mousse ligera, muy suave, y aunque es cierto que se percibe el sabor del chocolate blanco, queda contrarrestado con el leve ácido del yogur, que me encanta. En este caso yo lo he acompañado también con grosellas frescas, también ácidas, pero podemos servirlo con otras frutas como fresas, moras, o incluso con mermelada o miel.
Mousse de yogur y chocolate blanco
(Para 7-8 vasitos)
Ingredientes:
- 3 hojas de gelatina
- 1 tableta de chocolate blanco (75 gr.)
- 300 gr. de yogur griego
- 3 claras de huevo
- 50 gr. de azúcar
- Grosellas (o la fruta que se prefiera) para decorar.
Preparación:
- Ponemos las hojas de gelatina a hidratar en agua fría.
- Troceamos el chocolate, y lo derretimos al baño maría o en microondas (en este caso, calentando de 30 segundos en 30 segundos, removiendo entre cada intervalo, para que no se queme)
- Cuando el chocolate esté fundido, lo mezclamos con el yogur, removiendo bien para que se integre del todo.
- Ponemos las claras junto con el azúcar en el bol de la batidora, y las montamos a punto de nieve. Reservamos.
- En un cazo a fuego bajo ponemos las hojas de gelatina, bien escurridas, junto con cuatro cucharadas de la mezcla de yogur y chocolate. Removemos hasta que la gelatina se haya disuelto, y entonces vertemos esta mezcla en el resto de yogur y chocolate. Mezclamos bien.
- Incorporamos las claras montadas y con suaves movimientos envolventes, removemos hasta que esté todo totalmente integrado.
- Vertemos en los vasitos o recipientes elegidos, y llevamos a la nevera al menos dos horas. En el momento de servir, acompañamos con la fruta elegida.
Como veis, es un postre muy sencillito, que se prepara enseguida, y luego es igual de fácil de comer. Y eso dicho por alguien que no soporta el chocolate blanco es mucho!
Probadlo y me contáis.
Besos!
Montes
Los yogures griegos sin azúcar?
ResponderEliminar