Llevo un montón de tiempo con una canción en la cabeza. Más o menos desde el verano pasado, puesto que iba incluida en la banda sonora de la segunda película de Gru, película que, por supuesto, fuimos a ver (tener dos niñas pequeñas es la excusa perfecta para ir al cine a ver películas de dibujos animados). Esa canción es Happy, del músico estadounidense Pharrell Williams.
Además, desde que fue nominada a los Oscars como mejor canción, ha estado sonando continuamente en absolutamente todas las emisoras de radio. A nivel mundial. Vamos, que incluso para los que no hubieran visto la película, la canción les sonará con total seguridad.
En realidad se trata de una canción muy sencilla, con apenas mensaje, sin una letra demasiado elaborada y con un estribillo bastante repetitivo. Entonces, porque está medio mundo con esa canción metida en la cabeza?
Creo que es simplemente por el buen rollo que transmite. Escuchas la canción, e inevitablemente los pies comienzan a seguir el ritmo y el estribillo se convierte en tu banda sonora para el resto del día.
Porque la verdad es que últimamente algo de buen rollo extra no viene nada mal. Tenemos alrededor tantas cosas negativas (crisis económica, crisis social, una insostenible tasa de desempleo que parece que no hay forma de reducir a corto ni medio plazo...) Si vemos el telediario cualquier día las únicas buenas noticias las encontraremos en la sección de deportes (bueno, y eso dependiendo del equipo que seamos...)
Por eso creo que debemos aprovechar esas pequeñas cosas que nos hacen felices. Siempre podemos encontrar algo que nos proporcione algo de felicidad, aunque tenga que ser en pequeñas raciones. Puede ser un paseo por el parque en una bonita tarde de primavera, puede ser tener diez minutos para disfrutar del último libro que nos estamos leyendo y que tanto nos está gustando, puede ser el beso rápido que te da tu hijo antes de salir corriendo hacia el colegio... Estoy segura de que si nos fijamos podemos encontrar un montón de cosas positivas en nuestra vida, en las que habitualmente no reparamos, y que nos aportan esas pequeñas pero tan necesarias dosis de felicidad.
Y también estoy segura de que si probamos uno de estos muffins, tendremos al menos uno de esos pequeños momentos de felicidad. ¿No me creéis? Pues resulta que es muy fácil de comprobar. Como todos los muffins, se preparan en un pispás: mezclar ingredientes y hornear, sin más, por lo que en pocos minutos tendremos unos trocitos de felicidad que llevarnos a la boca. Probablemente después venga el momento contrario, cuando comprobemos que de la boca la felicidad nos ha bajado a las caderas o, peor aún, se ha instalado definitivamente en nuestro trasero, pero para eso están los vecinos: felicidad compartida engorda menos, segurísimo!!! :-)
Muffins de fresas, coco y trocitos de chocolate
(Receta adaptada de Nestlé Postres. Para unos 6 muffins grandotes, o 12 tamaño cupcake)Ingredientes:
- 150 gr. de chocolate negro
- 150 gr. de fresas
- 5 cucharadas de coco rallado
- 50 gr. de mantequilla derretida
- 3 huevos
- 180 gr. de harina
- 1 cucharadita de levadura en polvo
- 60 gr. de azúcar
- 1 yogur griego
Preparación:
- Precalentamos el horno a 190º
- Derretimos la mantequilla en el microondas, con cuidado de que no hierva. Reservamos.
- Troceamos el chocolate con ayuda de un cuchillo, intentando conseguir trozos de tamaño uniforme.
- Lavamos las fresas y las partimos en trozos.
- En un bol ponemos los ingredientes húmedos (huevos, yogur y mantequilla derretida) junto con el azúcar, y mezclamos hasta integrar.
- Añadimos los ingredientes secos (harina, levadura y coco), y mezclamos suavemente hasta que se integren.
- Por último, añadimos los trozos de chocolate y lo removemos bien para que se mezcle.
- Vertemos la mezcla en los moldes elegidos, llenándolos primero sólo hasta la mitad, ponemos unos cuantos trozos de fresas en el medio, y luego añadimos más masa cubriendo las fresas. Terminamos repartiendo más trozos de fresas por encima.
- Horneamos durante aproximadamente 20 minutos, o hasta que al pinchar con un palillo, éste salga limpio.
- Cuando estén hechos, sacamos del horno y dejamos enfriar por completo sobre una rejilla.
Así que ya sabéis: poned la canción de Pharrell Williams a todo volumen (vuestro momento de felicidad no tiene que coincidir necesariamente con el del vecino), encended el horno y luego me contáis qué tal!
Besos!
Montes
P.D. Con esta receta participo en el 1º Aniversario del Reto de Cocineros del Mundo
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