Hoy vuelvo igual que la semana pasada, con una nueva anécdota paternofilial y con una receta hiperfácil. Como siga con esta tendencia al final voy a tener que cambiar el nombre al blog... Estoy pensando en Manzana y Candela, por la candela que me dan mis hijas! La manzana de momento la mantenemos que ya sabemos que es sana y fácil de comer! XD
Os cuento. Este fin de semana hemos tenido la desgracia el inmenso placer de sufrir disfrutar de más de tres horas de música prácticamente ininterrumpida salida de las privilegiadas cuerdas vocales de los últimos concursantes de Operación Triunfo. La semana pasada fue el 13º cumpleaños de mi primogénita, y hace más de dos meses que teníamos compradas las entradas para el concierto de estos muchachos, de los que es seguidora probablemente debido a su poca experiencia en la vida en general. Ejem. El caso es que cuando se anunció la gira de estos triunfitos vimos que este sábado 9 de junio ofrecían un concierto en Valladolid, que nos queda a escasas dos horas de Madrid, por lo que nos pareció (en ese momento, no me preguntéis por qué) buena idea como regalo de cumpleaños. Así que tenemos dichas entradas para los cuatro que somos de familia guardadas desde hace más de dos meses. Claro está, por aquél entonces no se me ocurrió mirar el lugar donde iba a celebrarse el evento ni mucho menos podía imaginar que esta primavera iba a ser más o menos como el rodaje de la película de Noe, pero a escala nacional. Ains.
En fin, que resulta que el concierto no se celebraba en un estadio o en un polideportivo, como yo ingenuamente había imaginado. Y es un dato que no comprobé hasta un par de días antes. Se celebraba en un lugar llamado "Antigua Hípica", o Pinar de Antequera. Eso debería haberme dado pistas. Total: más de 12.000 personas en un espacio abierto lleno de pinos donde llevaba lloviendo más de cuatro días, con más barro que en Humor Amarillo. Os podéis imaginar qué ilusión más grande. El concierto de mi vida. En fin, todo sea por las hijas. Debo reconocer que al menos ellas disfrutaron, y eso es lo que cuenta, después de todo. Espero que se acuerden cuando sean mayores y tengan que decidir sobre mi residencia de ancianos! XD
En fin, que resulta que el concierto no se celebraba en un estadio o en un polideportivo, como yo ingenuamente había imaginado. Y es un dato que no comprobé hasta un par de días antes. Se celebraba en un lugar llamado "Antigua Hípica", o Pinar de Antequera. Eso debería haberme dado pistas. Total: más de 12.000 personas en un espacio abierto lleno de pinos donde llevaba lloviendo más de cuatro días, con más barro que en Humor Amarillo. Os podéis imaginar qué ilusión más grande. El concierto de mi vida. En fin, todo sea por las hijas. Debo reconocer que al menos ellas disfrutaron, y eso es lo que cuenta, después de todo. Espero que se acuerden cuando sean mayores y tengan que decidir sobre mi residencia de ancianos! XD
Cuando al día siguiente volvimos de disfrutar tan singular e irrepetible experiencia (digo irrepetible porque no me veréis en otra igual, Dios mediante) os podréis imaginar las ganas de vivir trabajar que tenía yo. De ninguna tirando a cero. Así que, dado que tenía que preparar sí o sí una tarta para que la cumpleañera homenajeada soplara alguna vela, opté por una receta de lo más fácil del mundo. Si sabéis montar nata y mojar galletas en leche, ésta es vuestra tarta. Porque os garantizo que no se necesita nada más!
Tarta de nata y cookies de chocolate. Receta sin horno.
(Receta adaptada de The kitchen is my playground. Para un molde desmontable de 16 cm.)
Ingredientes:
- 400 gr. de galletas tipo Digestive
- 120 gr. de mantequilla fundida
- 450 gr. de cookies con chips de chocolate
- Aprox. 500 ml. de leche
- 400 ml. de nata para montar (mín. 35% M.G.) mas otros 200 ml. para decorar
- 3 cucharadas de azúcar
Preparación:
- Con un procesador de alimentos trituramos las galletas tipo Digestive hasta reducirlas a polvo. Derretimos la mantequilla al microondas con cuidado de que no hierva, y la añadimos al polvo de galletas. Mezclamos bien hasta conseguir una textura como de arena mojada. Vertemos esta mezcla en el molde y presionamos bien tanto por el fondo como por la paredes del mismo. Podemos ayudarnos de un vaso alto de fondo plano. Es muy importante presionar muy bien para que quede bien compacto. Cuando hayamos cubierto tanto el fondo como las paredes, llevamos el molde al congelador unos diez minutos para que consolide un poco.
- Ponemos 400 ml. de nata con dos cucharadas de azúcar en el bol de la batidora de varillas, y montamos hasta que quede firme. Reservamos.
- Sacamos el molde del congelador.
- Vamos mojando las cookies en la leche y las colocamos en el fondo del molde. Podemos rellenar los huecos con trozos de cookies remojadas, hasta dejarlo bien cubierto.
- Cubrimos con nata montada y la repartimos bien. Volvemos a colocar una capa de galletas, otra de nata, y así hasta terminar con una capa de nata.
- Montamos los 200 ml. de nata con una cucharada de azúcar. Metemos esta nata montada en una manga pastelera con una boquilla de estrella y decoramos la tarta, colocando mitades de cookies y espolvoreando con miguitas de cookies.
- Mantenemos refrigerada hasta el momento de consumir.
Como veis en las fotos es una tarta superblandita y muy cremosa, las galletas se terminan fundiendo con la nata y el crujiente de las pepitas de chocolate resulta delicioso. En casa nos encantó, y espero que os animéis también a probarla vosotros. Aunque no tengáis que sufrir antes un concierto como el nuestro!
Besos!
Estimado,
ResponderEliminarMejor que no recuerden la experiencia para elegir geriátrico, pues te veo de barro hasta los sobacos y ellas pensando que te están brindando la mejor opción... hehehe... Me encanta lo simple de la receta que yo probaré con carquiñolis. Sólo tengo una duda: En lugar de mantequilla puedo usar aceite? Cual es la proporción adecuada? En cass, a la mitad no le gusta NADA la mantequilla e intento evitarla.
Muchas gracias