Tarta de Peppa Pig para el cumpleaños de Sara

miércoles, 1 de mayo de 2013


Ayer, 30 de abril, mi hija pequeña, Sara, cumplió cuatro añitos. Aunque suene a tópico, no sé en qué momento esa bebé que lloraba como un cochinillo, mostrando ya a tan temprana edad el fuerte carácter que perfeccionaría con el tiempo, dejó de ser bebita y se convirtió en una niña de cuatro años inquieta, cariñosa, muy inteligente y sobre todo muy viva.


Cuando ya se acercaba la fecha de su cumple, le pregunté qué tarta quería que le preparase, y no dudó ni un segundo en pedirme que hiciera a su adorada Peppa Pig. ¡Le encantan los dibujos de Peppa!




En un principo pensé hacer una Peppa Pig en 2D, con la técnica de puzzle, porque el modelado me daba un poco de miedo. Sin embargo, cuando el mes pasado fui de visita a Acaramelada, y le conté a Maria José mi intención, fue ella la que me animó a probar a modelar las figuras, porque la verdad es que, al ser Peppa Pig una figura tan básica y esquemática, no debía resultar demasiado complicado.

Tengo que agradecerle también que me dejara inspirarme en una tarta de Peppa Pig que tenían expuesta allí en la tienda, y que me diera consejos para cubrir una tarta cuadrada y un montón de ideas para decorarla.



Así que me envalentoné y me lié a manta a la cabeza. Es obvio que aún me queda mucho camino  que recorrer y que el modelado y yo aún debemos conocernos mejor, pero la verdad es que estoy muy contenta con el resultado, sobre todo cuando, tras acabarla, pude disfrutar de la carita de mi hija cuando vio su tarta y empezó a gritar: "¡Mi tarta, mi tarta de Peppa!"


La tarta eran cuatro capas de bizcocho de chocolate relleno de mermelada de fresa y recubierto de ganaché de chocolate. Para cubrir la tarta utilicé fondant de Funcakes sabor Marshmallows, que es mi favorito, de color blanco, que luego pinté con colorantes en polvo, azul para el cielo y verde para la hierba. Para conseguir ese color difuminado, lo que hice fue coger un poco de manteca vegetal (Crisco) con los dedos y untarlo sobre la superficie a colorear. Luego, con un pincel, pinté ligeramente con el color elegido, sin esmerarme mucho y a amplios brochazos, y luego de nuevo con los dedos distribuí el pigmento con movimientos circulares, para que quedara un color uniforme. Es una técnica muy fácil y resultona, con la que podemos conseguir también unos degradados muy aparentes.



Para hacer el césped y los tallos de las flores, preparé un poco de glasa real y la teñí de color verde. Los tallos los hice con la boquilla nº 2 de Wilton, y la hierba con la nº 233 de Wilton.



Aquí podeis ver cómo era por dentro. No sabéis la lucha interna que supuso para mí tener que meterle el cuchillo!

La tarta estaba muy buena, con un rico sabor a chocolate, y además muy jugosa gracias a la mermelada. A todo el mundo le gustó un montón, y sobre todo a la cumpleañera!

Espero que os guste también a vosotros!
Besitos!

Montes

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